viernes, 3 de julio de 2015

Hace 100 años. 14 de junio de 1915. Primera Guerra Mundial

Hace 100 años
14 de junio de 1915

Primera Guerra Mundial

El 10 de junio, Garúa, en la colonia alemana de Camerún, capitula ante las fuerzas coloniales anglo-francesas. En el Frente Alpino, las tropas italianas capturan Monfalcone el día 9, como parte del preámbulo a la Primera Batalla del Isonzo. En torno al río Isonzo (en la actual Eslovenia) y a la costa norte del Adriático, el “Regio Esercito Italiano" llegó a plantear doce batallas distintas entre 1915 y 1917, que se estrellaron siempre en la porfiada resistencia austrohúngara y en el difícil territorio alpino que servía de escenario a la lucha.

En el Frente Oriental, Alemania y Austria-Hungría —los llamados Imperios Centrales— están comprometidas en la ofensiva de primavera contra las tropas rusas. En el Este, el frente siempre se mantuvo en movimiento, a diferencia de lo ocurrido con el infernal estancamiento de las trincheras del Frente Occidental. En agosto-septiembre de 1914, las tropas alemanes que defendían Prusia, al mando del general Paul von Hindenburg, habían propinado dos derrotas aplastantes a los rusos en Tannenberg y en los Lagos Masurianos. Pero, en el sur, los rusos habían penetrado profundamente en Galitzia y habían obtenido grandes victorias en Lemberg y Przemysl, de las que los austrohúngaros nunca se recuperaron plenamente.

Para mediados de 1915, el alto mando austrohúngaro propuso a sus aliados alemanes una gran ofensiva contra los rusos. Sin embargo, los alemanes estaban convencidos de que la guerra se decidiría en los campos de Francia, no en el frente ruso. Eventualmente los austriacos persuadieron a los alemanes de montar un gran ataque conjunto contra el sector de Gorlice-Tarnów, al este de Cracovia, defendido por el III Ejército Ruso, que recibió el embate del IV Ejército Austrohúngaro y del XI Ejército Alemán, apoyados por elementos del III Ejército Austrohúngaro.

El III Ejército Ruso fue arrollado por el ataque y prácticamente dejó de existir como fuerza de combate. Para fines de junio, la mayor parte de Galitizia había vuelto a manos austriacas y los rusos tuvieron que retirarse hacia el interior de su propio territorio para evitar el colapso de todo el frente. Sin embargo, la situación general del Imperio Austrohúngaro seguía siendo peligrosa. Muchas de sus mejores tropas habían sido volatilizadas en la batallas de 1914 contra serbios y rusos, que tampoco tuvieron resultado decisivo y tuvieron un costo altísimo, sobre todo si consideramos que una gran parte de los hombres en edad de reclutamiento del Imperio no le tenían demasiado cariño al gobierno de Viena y esperaban ansiosos que fuera destruido, para conseguir la independencia de sus patrias. Y con la entrada de Italia en la guerra, además de la lucha contra Serbia y contra Rusia, los austriacos debían sostener el frente alpino. Con sus recursos cada vez más cerca del límite, Austria-Hungría se volvió crecientemente dependiente de Alemania, tanto en lo militar, como en lo político.

En la fotografía, oficiales alemanes del XI Ejército inspeccionan las ruinas de Gorlice, en la parte de Polonia entonces perteneciente a Austria-Hungría. El nivel de destrucción refleja el nivel de violencia de la lucha sostenida en esos días de mayo-junio de 1915.

Imagen tomada de http://media.iwm.org.uk/iwm/mediaLib/318/media-318697/large.jpg?action=d&cat=photographs




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