Hace 100 años. 3 de enero de 1916. Primera Guerra Mundial
Hace 100 años
3 de enero de 1916
Primera Guerra Mundial
El “Daily Telegraph” del 3 de enero
de 1916 se hace eco del drama de miles de refugiados serbios, para los que pide
caritativa ayuda. También recoge otros incidentes, como la voladura del crucero
acorazado “HMS Natal”, que había sido destruido por una explosión interna
mientras estaba en la bahía de Cromarty, Reino Unido, causando la muerte de
casi 400 personas, contando muchos civiles que estaban a bordo, invitados por
el comandante para una fiesta.
El 28 de diciembre de 1915, los
mandos de la Entente ordenan la retirada de lo queda de las fuerzas
expedicionarias de Gallípoli. La campaña en los estrechos se cierra con una
derrota, que se complementará, dentro de poco, con la caída de Serbia, que
pende de un hilo, acosada desde todos los frentes por Alemania, Bulgaria y
Austria-Hungría, que empujan a su heroico ejército hacia el mar, donde sus restos
serán evacuados hacia Grecia, para luchar otro día contra sus enemigos.
La orden de retirada desde
Gallípoli y la inminente caída de Serbia apenas son mitigadas por la presencia
de tropas anglo-francesas en Salónica, toleradas a regañadientes por Grecia,
que no acaba de resolver sus contradicciones en torno a la guerra y terminará
cayendo en un conflicto civil larvado antes de apoyar abiertamente la causa de
la Entente, de la mano del ex Primer Ministro, Eleuterio Venizelos. Estos
últimos días de 1915 y primeros de 1916, son los más difíciles para las fuerzas
de la Entente en Europa del Sudeste. Apenas iniciado el nuevo año, el 1 de
enero, el Rey Pedro I de Serbia se suma a los miles de serbios evacuados que
llegan a Salónica. La huida del monarca es un reconocimiento de que la campaña
serbia está perdida y de que las tropas en Salónica poco pueden hacer para
evitarlo. Con todo, los alemanes tendrán que tolerar la presencia de sus
enemigos en Grecia y, cuando la situación empeore para el “Deutsches Reich”,
desde Salónica vendrá uno de los golpes decisivos para el Imperio
Austrohúngaro.
Lo que podríamos llamar frentes
periféricos son escenario de algunos éxitos inesperados para los Imperios
Centrales. En general, el Imperio Colonial de Alemania es indefendible, dada la
enorme superioridad de la “Royal Navy”, reforzada por las marinas francesa, rusa,
japonesa y, desde 1915, italiana. Salvo por Estados Unidos, todas las grandes
potencias navales están en guerra con los alemanes, que no tienen manera de
auxiliar a sus colonias desde la metrópoli. Aún así, algunos jefes intrépidos
se las han arreglado para prolongar la resistencia de algunas colonias
alemanas, como Paul von Lettow-Vorbeck, que obliga a las fuerzas de la Entente
a distraer considerables recursos en intentar, sin éxito, conquistar el África
Oriental Alemana.
En el Medio Oriente, los turcos,
subestimados por los británicos, han iniciado una contraofensiva que empuja a
las fuerzas de la “Commonwealth” a quedar encerradas en la ciudad-fortaleza de
Kut, en Mesopotamia. Ya es humillante que los ejércitos de Su Majestad
Británica sean acorralados por los turcos, que hace muchos decenios no
consiguen victorias militares importantes. Además del efecto sobre la moral,
una rendición de Kut podría desestabilizar todo el Medio Oriente contra Gran
Bretaña, que necesita controlarlo para conectar sus dominios europeos y
africanos con la India.
En el Mediterráneo Oriental,
Londres y París finalmente se rinden ante la evidencia de que la Campaña de
Gallípoli es un fracaso y simplemente no tienen suficientes hombres y recursos
para decidir a su favor todos los teatros de operaciones, que se multiplican
alarmantemente en una guerra que, a cada día que pasa, merece más y más el
calificativo de “mundial”. Por eso, 1916 será un año en que, tanto la Entente como
los Imperios Centrales, volverán a concentrar sus esfuerzos en los dos frentes
principales europeos, donde ambos bandos saben que se decidirá la contienda al
final del día. Por el momento, el Frente Oriental termina 1915 con los
austro-alemanes muy adentro del territorio ruso, con un balance general
largamente favorable para las dos potencias germánicas, que han obligado a las
fuerzas del Zar a batirse en retirada durante varios meses. En el Frente
Occidental, la línea de trincheras se ha estabilizado y las ofensivas de uno y
otro bando no han estado ni cerca de romper el empate. 1916 verá esfuerzos
logísticos inéditos para intentar cambiar esa situación.
En la imagen, una tarjeta de
felicitación del Año Nuevo de 1916, con un texto en alemán y una cinta que entrelaza
los colores patrios del Segundo Imperio Alemán y Austria-Hungría.
Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
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