sábado, 27 de junio de 2015

"Jalogüín". 31 de octubre de 2014

Esas fábricas inagotables de siutiquería que son los "mall" y las cadenas de megamercados, nos metieron hace rato la cuchufleta del Halloween. Convencidos de que somos gringos pecosos, nacidos en California, Florida, Michigan o Delaware, comulgamos la rueda de carreta completa y nos lanzamos a gastar plata como enfermos en disfraces, para que los niños salgan a jorobar al vecino con sus ganas de comer azúcar.

Bueno, si nos tragamos una costumbre tan extranjera como el cumpleaños de la Reina Isabel o el Ramadán, sepamos de dónde viene la cosa, por lo menos.

El Halloween actual, consumista y dulcero, tomó forma definitiva en los Estados Unidos cincuenteros, que ya dejaron de ser gobernados por la Casa Blanca, para ser regidos por la "caja tonta", conocida también como televisión. Pero sus orígenes son remotos. Por un lado, tiene antecedentes en el Sanheim, el festival celta que se celebraba alrededor de nuestro 1 de noviembre, para remarcar el inicio de las estaciones más frías y oscuras, que hoy llamamos otoño e invierno. Los festivales de las sociedades primitivas siempre tienen algo de alteración del estado normal de cosas, por eso los carnavales son desordenados, porque implicaban una vuelta al estado caótico existente antes de la intervención creadora de las divinidades, en donde no hay jerarquías. Entre las muchas alteraciones de la realidad normal, los celtas suponían que los muertos se levantaban de sus tumbas la noche de Sanheim, que era de las más largas del año, aunque no coincidiera con el solsticio exactamente. No olvidemos la latitud a la que se encuentran Escocia, Irlanda y Gales, uno de los pocos reductos con mayoría celta sobreviviente en la Edad Media.

También en la Edad Media, se desarrolló una costumbre llamada "souling" en las islas británicas, que consistía en que los pobres salían a recorrer las villas y pueblos el 31 de octubre para pedir comida, alguna ayuda o regalo ("treat"), a cambio de rezar por las almas de los fieles difuntos ("soul"=alma). La fiesta de Todos los Santos era al día siguiente, 1 de noviembre, de modo que estábamos en la "víspera", o sea, en la "All Hallows Even", del inglés antiguo, que más tarde elidía la "v", pronunciándose "e'en", de donde se deformó a "Halloween".

Los inmigrantes escoceses e irlandeses llevaron a su Norteamérica adoptiva la costumbre del "guising", o sea, disfrazarse en ocasiones festivas y especialmente en Halloween. Al comienzo, la costumbre encontró resistencias en los estadounidenses, que terminaron vencidos por el bombardeo mediático y publicitario masivo. Y hoy día... ya lo tenemos instalado en Chile, donde casi nadie habla inglés, pero todos alegremente se "disguisean" para celebrar el "jalogüin", hasta adornando con un "jack-o'-lantern". El próximo año les cuento qué significa el zapallo con ojos o lo buscan en wikipedia.

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