Hace 100 años. 12 de julio de 1915. Primera Guerra Mundial
Hace 100 años
12 de julio de 1915
Primera Guerra Mundial
El 7 de julio, finaliza la primera de las once batallas que los italianos
plantearán en el Isonzo. Los resultados son magros, sobre todo, si consideramos
las enormes bajas sufridas en ambos bandos, especialmente en los atacantes. En el
mar, las noticias para Italia tampoco son buenas: el crucero acorazado Amalfi
es hundido por un submarino alemán que enarbola bandera austriaca, cerca de las
costas de Venecia. Alemania e Italia aún no están en guerra, así que no pueden
atacarse abiertamente.
El África Sudoccidental Alemana capitula ante las fuerzas dirigidas por
Louis Botha, el famoso general bóer que tanto resistió al Imperio Británico y
que ahora se convertía en uno de sus más destacados líderes. Al otro extremo
del continente negro, en el África Oriental Alemana, el crucero ligero alemán, “SMS
Königsberg” es hundido, poniendo punto final a la llamada Batalla del Delta del
Rufiji.
Al comenzar la guerra, en 1914, el Königsberg era el buque alemán más
poderoso en el Océano Índico e incluso tuvo oportunidad de hundir al crucero “HMS
Pegasus” en la Batalla de Zanzíbar, en septiembre de ese año. Luego de sufrir
una falla en sus maquinarias, el Königsberg buscó refugio en el delta del río
Rufiji, en el África Oriental Alemana (actual Tanzania), junto al buque de
suministro “Somali”. Mientras los alemanes intentaban reparar los desperfectos
de su buque, fueron descubiertos a fines de octubre por el crucero ligero
británico “HMS Chatham”. El 5 de noviembre, llegaron hasta el Rufiji dos
cruceros ligeros más, el “HMS Dartmouth” y el “HMS Weymouth”, completando el
bloqueo del crucero alemán.
Los buques británicos eran más poderosos que su adversario alemán, pero
eran incapaces de navegar río arriba, como sí podía hacerlo el Königsberg, que
simplemente debía remontar el curso del río para ponerse fuera del alcance de
las piezas de artillería británicas. Los británicos recurrieron a las potentes
piezas de 300 mm del acorazado “HMS Goliath”, pero nuevamente la poca
profundidad de las aguas impidió al Goliath acercarse lo suficiente hasta su
blanco. Incluso utilizaron aviones para detectar con mayor precisión al
escurridizo Königsberg, pero el clima húmedo y caluroso del trópico africano
maltrataba sin compasión la estructura ligera de los aviones de la época y
dañaba los pegamentos que ayudaban a mantener su integridad estructural.
Para evitar las incursiones británicas con embarcaciones menores, los
alemanes prepararon un complejo sistema defensivo en el delta del río, con emplazamientos
de artillería, nidos de ametralladora y puestos de observación, obligando a los
británicos a usar todo su ingenio en este singular asedio marítimo-fluvial.
Para marzo de 1915, la falta de suministros y las enfermedades tropicales
habían causado numerosas bajas en la tripulación del Königsberg. Estas adversas
condiciones, sumadas al aislamiento que sufre todo aquel que está bajo asedio,
habían causado un efecto muy adverso en la moral de los alemanes. La situación
se alivió en parte gracias a la llegada de un barco de suministros disfrazado
de mercante danés, que fue destruido por la flota de bloqueo, pero cuya
preciosa carga fue salvada en su mayor parte.
Los británicos pudieron romper el empate con la llegada del “HMS Mersey”
y el “HMS Severn”, dos monitores dotados de poderosa artillería; anticuados,
peo capaces de remontar el río hasta mucho más arriba que los cruceros ligeros
británicos, que se encargaron de atacar las defensas de tierra, que protegían
el acceso al delta. Aunque el Königsberg consiguió encajar al menos un disparo
certero en el Mersey, las potentes piezas de 150 mm de los monitores, apoyados
por aviones de observación, finalmente silenciaron los cañones del Königsberg y
lo dejaron reducido a una ruina. El 11 de julio de 1915, el comandante de la nave, Max Looff, ordenó a sus propios
tripulantes abandonar la nave y hundirla, no sin antes retirar algunas valiosas
piezas de artillería, que fueron usadas con mucho provecho por las tropas que
defendían las posesiones africanas alemanas del hostigamiento de las tropas
coloniales británicas, francesas, belgas y portuguesas.
Luego de enterrar a sus camaradas caídos, los 188 sobrevivientes del
Königsberg se unieron al ejército del general Paul von Lettow-Vorbeck, que
defendió exitosamente el África Oriental Alemana, de fuerzas numéricamente muy
superiores, hasta el momento mismo del armisticio en Europa, en noviembre de
1918.
En la imagen, el crucero Königsberg, que tantos dolores de cabeza dio a
la “Royal Navy”.
Imagen tomada de http://i41.tinypic.com/29eivpd.jpg.

Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
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