Hace 75 años. 26 de julio de 1940. Segunda Guerra Mundial
Hace 75 años
26 de julio de 1940
Segunda Guerra Mundial
El 21 de julio de 1940, llega a Londres el gobierno
checoslovaco en el exilio. Probablemente Londres ha sido la capital que más
gobiernos ha albergado, mientras sirvió de asilo a los gobernantes de las
naciones ocupadas por la Alemania nazi.
El 22, se reúne la Conferencia de La Habana que, dirigida
por Estados Unidos, intenta generar una posición común para las naciones del
hemisferio occidental, frente a la guerra que se desarrolla. Este mismo día,
Fumimaro Konoye asume como Primer Ministro de Japón. A pesar de su sincero
ánimo pacifista, no pudo mantener a Japón fuera de la guerra.
Sobre el Canal de la Mancha, se desarrolla el “Kanalkampf”,
la primera fase de la Batalla de Inglaterra, entre la “Royal Air Force” (RAF)
británica y la “Luftwaffe” alemana. Luego de la rendición de Francia, cuando
quedó claro que Gran Bretaña no se rendiría sin dar más pelea, la aviación
alemana se embarcó en un gigantesco esfuerzo para estacionar sus “Luftflotten”
(Flotas Aéreas) en Francia y Bélgica. Sin la debida preparación para atacar el
Reino Unido propiamente tal, los aviones alemanes se concentraron primero en
atacar el tráfico naval británico que pasaba por el Canal, desde y hacia el
Atlántico, con el doble propósito de perturbar las comunicaciones británicas y
atraer a los cazas de la RAF a luchas aéreas que la fueran desgastando, antes
de desatar la fase más intensa de la batalla, prevista para agosto. Era todo lo
que Alemania podía hacer por el momento para molestar al Reino Unido, bien seguro
tras su Canal y tras su potente flota, que seguía siendo la más fuerte del
mundo.
La verdad es que los mandos alemanes no sabían muy bien qué
hacer. La mayoría de los generales alemanes no esperaban que Francia cayera
vencida tan rápido. Y, una vez derrotada Francia, los alemanes (y casi todo el
resto del mundo) esperaban que los británicos se sentaran a negociar. Fueron
dos sorpresivas contingencias ante las que el “III Reich” no tenía planes
minuciosos y, sobre todo, no tenía suficientes buques de guerra.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, en 1914, Alemania
poseía la segunda marina más poderosa de la Tierra, sólo superada por su
similar británica. Las duras condiciones impuestas por el Tratado de Versalles,
que puso fin a la Gran Guerra, contemplaban la entrega de los buques alemanes a
los Aliados y permitía a Alemania mantener una flota muy pequeña. Cuando Hitler
reinició el rearme alemán en la década de 1930, consiguió notables avances en
lo que se refería a la “Kriegsmarine”, pero no estaba lista en 1939, cuando
estalló la Segunda Guerra Mundial, para desafiar a la “Home Fleet” británica.
Además, la Campaña de Noruega fue, para la Marina Alemana, una victoria
pírrica, que le costó perder o dejar inmovilizados, en reparaciones, gran parte
de sus mejores y más potentes naves. De modo que, si la única manera de acabar
con la porfiada Gran Bretaña era una invasión, había que controlar las aguas
del Canal de la Mancha y evitar que la poderosísima “Royal Navy” interfiriera
con la flota alemana de invasión. Por sí sola, la “Kriegsmarine” alemana no
tenía, ni de cerca, la capacidad para proteger un pasillo, ni siquiera en el
breve Estrecho de Dover”, donde la silueta y las luces de las construcciones de
una orilla, pueden verse desde la opuesta.
La única opción viable parecía ser dominar los aires tan
absolutamente, que la “Luftwaffe”, siendo exclusiva dueña de los aires, pudiera
apoyar a la flota de invasión manteniendo a raya a las naves británicas.
Incluso si se consiguiera barrer del cielo a los cazas de la RAF, era dudoso
que los aviones alemanes tuvieran la capacidad de proteger el asalto anfibio,
sin contar al mismo tiempo con una presencia importante de barcos de guerra.
Aun así, como era la única posibilidad, la aviación alemana, desde fines de julio,
se embarcó en la mayor ofensiva aérea de la historia, decidida a destruir a su
similar británica.
En la imagen, una formación de los temibles “Messerschmitt
Bf 109”. Este formidable caza había visto acción ya en la Guerra Civil
Española, donde permitió contrarrestar la acción de la aviación de caza
“Republicana” que, hasta el momento, había dominado los cielos gracias al hecho
de poseer aparatos muy efectivos, como el soviético Polikarpov I-6 “Mosca”, que
se había mostrado muy superior a los aparatos operados por los “Nacionales”,
como el anticuado biplano italiano “Fiat CR.32”. En los primeros meses de la
Segunda Guerra Mundial, el “109” fue dominador absoluto de los cielos en las
campañas de Polonia, Escandinavia, los Países Bajos y Francia. Su excelente
diseño permitió actualizarlo muchas veces, para mantenerlo competitivo hasta el
final de la contienda, a pesar de la introducción de nuevos modelos aliados y
alemanes. Es el modelo de caza más producido en la historia, con 33.984
unidades fabricadas entre 1937 y 1945. Los mejores ases de Alemania y sus
aliados volaron este notable aparato.
En la Batalla de Inglaterra que se avecinaba, le tocaría
una difícil doble misión: escoltar las formaciones de bombarderos alemanes y
destruir en combate aéreo los cazas británicos. La fotografía muestra los
“Messerschmitt Bf 109-E” del “Jagdgeschwader 26” (“Ala de Caza 26”), liderado
por el entonces mayor Adolf Galland, quien llegaría a ser, con el tiempo, jefe
de toda la aviación de caza alemana.
Imagen tomada de https://acesflyinghigh.files.wordpress.com/2014/07/luftwaffe-messerschmitt-bf-109-e-3-jagdgeschwader-26.jpg?w=690&h=475

Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home