sábado, 30 de abril de 2016

Hace 75 años. 1 de mayo de 1941. Segunda Guerra Mundial

Hace 75 años
1 de mayo de 1941
Segunda Guerra Mundial

Rommel prosigue su ofensiva hacia la frontera libio-egipcia, aunque los avances son escasos, dado que la fuerte guarnición de Tobruk, a sus espaldas, se rehúsa a rendirse o ceder terreno. El 25 de abril de 1941, los dos últimos “Hurricane” británicos son evacuados de Tobruk y se unen a otros 13 cazas del mismo modelo en Egipto, que forman toda la defensa aérea que, por el momento, tiene el Imperio Británico en Noráfrica. Los británicos, comprometidos en Grecia, África, el Atlántico y el “Blitz”, están estirando sus recursos al máximo. Rommel, sin embargo, tampoco nada en la abundancia y sencillamente no tiene suficientes hombres, ni equipo (en especial, tanques) como para forzar una decisión en Tobruk. Alemania tiene el más potente ejército del mundo… en Europa, al otro lado del Mediterráneo, pero la “Regia Marina” Italiana no es capaz de imponerse a la “Royal Navy” Británica y asegurar un pasaje a los suministros y refuerzos, tan necesarios para las tropas del Eje que están a punto de perder una oportunidad única de vencer en la batalla africana.

Al día siguiente, 26 de abril, los alemanes consiguen asegurar el estratégico Paso de Halfaya. Y el 27, nutridas formaciones de “Stukas” atacan Tobruk. La isla de Malta, cuya suerte está tan vinculada a la lucha en África, es también atacada por la “Luftwaffe” ese día: el minador “HMS Fermoy” y el destructor “HMS Encounter” son seriamente dañados por las bombas alemanas, mientras están en el puerto. Los días 30 de abril y 1 de mayo, los alemanes están empeñados en un nuevo asalto terrestre sobre Tobruk. Logran penetrar el dispositivo defensivo en algunos puntos, pero los australianos resisten y son capaces incluso de lanzar algunos contraataques. Ambos bandos sufren muchas bajas.

La lucha prosigue en los mares, donde la “Kriegsmarine” intenta entorpecer las líneas de comunicación marítima del Imperio Británico y sus aliados, especialmente a través de sus submarinos. Desde el aire, también es amenazada Gran Bretaña: el 1 de mayo sería la primera de siete noches consecutivas de bombardeo sobre Liverpool, que recibe devastadores daños.

En estos últimos días de abril, termina el drama en Grecia. Tras la espectacular captura del Canal de Corinto por parte de paracaidistas alemanes, ocurrida el 24, las últimas tropas aliadas que guardaban las Termópilas se retiran hacia el sur. En 12 horas, las columnas recorren casi 150 kilómetros y llegan hasta Atenas. Las tropas neozelandesas, australianas y británicas son vitoreadas en las calles de la capital helena, cuando empiezan a entrar el 25 de abril. La campaña, no obstante, ya está perdida y ha comenzado la evacuación de tropas, mientras los diplomáticos acreditados ante el gobierno griego comienzan a quemar sus documentos. Ese mismo día, 5.500 soldados aliados son sacados de Grecia, aunque la operación es dificultada por el dominio alemán del aire. Los alemanes consiguen dañar el transporte “Pennland”, causando cuatro muertos. En alta mar, la aviación germana consigue hundir seis mercantes británicos y un yate que participaban de la evacuación. Los restos de la Marina Helénica también intentan escapar: 6 destructores y 4 submarinos alcanzan Alejandría, para poder luchar otro día contra el invasor de su patria.

Al día siguiente, 26 de abril, más de 20.000 soldados aliados son evacuados desde las playas situadas al sur de Atenas y desde el Peloponeso. Los paracaidistas alemanes, mientras tanto, intentan tomar el puente que cruza el Canal de Corinto, que es volado antes de que puedan capturarlo. Cuatro embarcaciones aliadas son hundidas por la “Luftwaffe”, incluyendo una lancha torpedera griega. Más al norte, el destructor “HMS Defender” evacúa las joyas reales yugoslavas, para llevarlas a lugar seguro, lejos de los invasores. El 27, la 5ª División Panzer disputa reciamente el puerto de Calamata a las tropas que defienden la retirada de la evacuación. Unos cuantos miles de soldados más son rescatados, aunque deben abandonar o destruir casi todo su equipo. Ese 27 de abril, la esvástica, símbolo de la barbarie nazi, sinónimo de tiranía y abuso, es izada en el Partenón, ícono de la razón, de la democracia y de la filosofía. Por las calles que recorrieron Sócrates, Pericles y Platón pasarán ahora los matones de las “SS”, hasta el día de la liberación, algunos años después.

La resistencia en Grecia continental termina a las 5.30 hrs. del 29 de abril de 1941, cuando los últimos 8.000 soldados aliados que resistían en Calamata, se rinden. Son una heterogénea fuerza, que incluye británicos, australianos, neozelandeses, yugoslavos, chipriotas y palestinos, tanto árabes, como judíos. Alrededor de 30.000 hombres han sido llevados hasta Creta, donde proseguirá la lucha en pocos días más. La Batalla de Grecia no es una mera derrota para los aliados. El nivel de bajas y la cantidad de material abandonado, la transforman en un desastre de proporciones.

Al día siguiente, 30 de abril, poco después de su cumpleaños nº 52 y justo cuatro años antes de morir por sus propias manos, Hitler fija el 22 de junio de 1941 como la fecha del ataque contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Los alemanes se han anotado otra resonante victoria en Europa con la ocupación de Yugoslavia y Grecia continental, que están a punto de redondear con el asombroso asalto aerotransportado sobre Creta; pero las semanas de demora en los Balcanes y el Egeo serán muy echadas de menos cuando, meses después, los generales alemanes intenten ocupar la inmensa Rusia, antes de la irrupción del “General Invierno”.

En la fotografía, soldados alemanes izando su bandera en la Acrópolis ateniense, con el Partenón al fondo.



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