Hace 75 años. 9 de octubre de 1941. Segunda Guerra Mundial. La "Wehrmacht" hacia Moscú
Hace 75 años
9 de octubre de 1941
Segunda Guerra Mundial
La "Wehrmacht" hacia Moscú
Los alemanes siguen penetrando en Rusia, a pesar de que el clima empeora.
“La vastedad de Rusia nos devora”, escribió el mariscal de campo Gerd von
Rundstedt a su esposa, luego de vencer en la Batalla de Uman. Hacia fines de
1941, sólo el Grupo de Ejércitos Sur, al mando de este veterano general, había
conquistado un territorio más extenso que toda Francia, causando millones de
bajas al enemigo, volatilizando ejércitos rusos completos, que abandonaban
montañas de material de guerra, casi sin ser usado… pero Rusia parecía cada vez
más grande y sus reservas parecían inagotables. Los soldados soviéticos aún
estaban desmoralizados y resistían poco, en su mayoría, como lo demostró el
cerco de Kiev, pero cientos de miles escapaban de los cercos o retrocedían
hacia líneas más seguras y su mentalidad iba a empezar a cambiar, a medida que vieran
que rendirse al “Nuevo Orden Nacionalsocialista” no garantizaba ni siquiera la
vida. Y luego de destruir un gran ejército, los alemanes se encontraban con
otro nuevo y la estepa y los bosques y los ríos y los pantanos no parecían
tener final.
El Jefe del Estado Mayor de la “Wehrmacht”, general Franz Halder, confesó
que, al inicio de la guerra, esperaban encontrarse con unas 200 divisiones
soviéticas. Para agosto de 1941, habían contado 360. Las bajas alemanas eran
diez veces menores que las de los soviéticos, pero resultaba claro que los
rusos podían reponer sus hombres y equipo perdidos muy rápidamente. Tenían recursos
humanos mucho mayores que los esperados por el mando germano y una industria
armamentística desarrollada más allá de cualquier cálculo hecho previamente en
Europa Occidental. Además ya contaban con el apoyo económico y logístico
directo de Gran Bretaña e indirecto de Estados Unidos, que se empezaba a
convertir en el gran arsenal, con cuya producción, a la larga, sería destruido
el “III Reich”.
Durante el verano, mucho más caluroso que lo imaginado por los alemanes,
los soldados de infantería se achicharraron en las largas marchas que
emprendían para taponar las brechas formadas en los flancos de las divisiones “Panzer”,
que avanzaban para cerrar las grandes bolsas en que quedaban encerrados los
ejércitos soviéticos. Los vehículos se estropeaban por las nubes de polvo que
penetraban en sus motores, sobre caminos que, en los mapas, parecían
autopistas, pero que eran realmente poco más que huellas, convertidas en
barriales por las lluvias y los primeros nevazones del otoño. Ya en invierno,
el suelo empezaba a endurecerse por el frío congelante que, mejoraba los
caminos, pero también empezaba a congelar vehículos, armas y extremidades. Hitler,
obsesionado con la idea de una campaña corta, no había querido oír hablar de
ropa de invierno para sus tropas, que ahora veían con envidia a los soldados
soviéticos, bien equipados para la guerra invernal.
Pero los soldados alemanes se pueden contar entre los mejores del mundo
y, a pesar de las muchas dificultades, no se habían detenido en el avance hacia
Moscú. El 3 de octubre, el 2º Grupo Panzer captura Orel, a 220 kilómetros al
suroeste de la capital roja. En Berlín, en el Palacio de los Deportes, Hitler
anuncia en un discurso, que las tropas germanas han capturado 2.500.000
prisioneros de guerra, destruido o capturado 22.000 cañones, 18.000 tanques,
14.500 aviones y habían expandido la ocupación alemana en una superficie que
cuadriplicaba a Gran Bretaña desde 1939. Pero, contra todo pronóstico, la URSS
sigue peleando.
Al día siguiente de este discurso triunfal, el 3er y 4º Grupos Panzer
empiezan a cerrar un nuevo gran cerco en torno a Vyazma. Se preparar otro
desastre para el Ejército Rojo, que dejarán ocho ejércitos completos rodeados
en la bolsa, que quedará cerrada el 6 de octubre. Para el día 5, aviones
soviéticos de reconocimiento observan vehículos alemanes a sólo 50 kilómetros
de la capital. La siniestra NKVD quiere encarcelar al comandante de los
aviadores por derrotista, pero esta vez incluso Stalin apoya a sus oficiales y
se da cuenta de que el peligro de que los alemanes se acomoden en el Kremlin es
muy real. El 7, el general Gueorgui Zhúkov, que empieza a convertirse en el
mejor general de Stalin, es llamado desde Leningrado, para hacerse cargo de la
defensa de Moscú.
El 8 de octubre, en otro de sus discursos, Hitler anuncia que la Campaña
de Rusia está terminada para todos los efectos prácticos.
Abajo, el tripulante de un auto blindado de reconocimiento alemán se toma
una fotografía para la propaganda. Su ejército ya ha estado en todos los
lugares indicados por el letrero: Berlín, Narvik, Brest y Atenas. Sólo le falta
Moscú, que está a 100 kilómetros, según el anuncio.
Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
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