Hace 100 años. 19 de febrero de 1917. Primera Guerra Mundial. Rusia prerrevolucionaria: los políticos
Hace 100 años
19 de febrero de 1917
Primera Guerra Mundial
Rusia prerrevolucionaria: los políticos
Los gobiernos escandinavos se unen al rechazo generalizado que causa en
los neutrales la guerra submarina alemana sin restricciones. El 13 de febrero, Noruega,
Dinamarca y Suecia protestan en conjunto contra el anuncio alemán. Alemania,
que se siente acorralada, apuesta todo su prestigio diplomático a la jugada,
atrevida y peligrosa, de hundir con sus submarinos todo lo que flote hacia el
Reino Unido y despierte la sospecha de llevar “contrabando de guerra”.
Queda mucho camino por recorrer hasta acercarse a un posible final de la
guerra. Los británicos, seguros de su poder naval, saben que el tiempo corre a
su favor y están viendo la mejor manera de repartir los despojos que puedan
quedar una vez que pase la locura de una guerra que, con la entrada de un país
americano en la liza, se ha vuelto indiscutiblemente mundial. El 14 de febrero
de 1917, Japón y Gran Bretaña acuerdan repartirse las posesiones coloniales
alemanas en el Pacífico: al norte del Ecuador para Japón y al sur del Ecuador
para Gran Bretaña. Como con tantas promesas hechas a tantos otros aliados, los
británicos hallarán muchas dificultades, luego de la guerra, para honrar su
palabra, a veces contrapuesta a promesas hechas a otros aliados o
contraproducentes con los intereses de Londres.
El 14 de febrero, en la Cámara de los Comunes, se resuelve que la
restitución de Alsacia y Lorena a Francia es un objetivo británico de guerra.
Es un paso más hacia el camino sin retorno de una guerra sin negociación
posible, cuyo único final puede ser el aplastamiento completo del adversario.
Los británicos saben que Alemania difícilmente aceptará, si no es por la
fuerza, un arreglo de paz que signifique renunciar a las dos provincias
fronterizas. Es posible, en todo caso, que la anexión de esas dos provincias
por parte del Imperio Alemán, en el mismo momento de su nacimiento en 1871,
haya sido una de las decisiones más catastróficas para el mundo y para la misma
Alemania en particular, al impedir toda posible reconciliación entre franceses
y alemanes durante tres generaciones.
El Imperio Ruso está a pocas semanas de convertirse en una república.
Aunque no todos lo saben, el escenario y los protagonistas están dispuestos
para el drama de la Revolución de 1917. Los partidos políticos tenían poco
desarrollo, si los comparamos con sus similares del resto de Europa,
correspondiente con un sistema constitucional, como el ruso, donde el principal
actor político sigue siendo el Zar, el “Autócrata”. Pero la tímida apertura
política surgida desde la segunda mitad del siglo XIX y reforzada con la
Revolución de 1905, permitió la consolidación de ciertos grupos que, con algo
de generosidad, podrían compararse con los partidos políticos de las naciones
occidentales.
Como en todos los demás ámbitos de la vida, la guerra causó dramáticos
cambios en el ambiente político ruso. El reinado del Nicolás II estuvo marcado,
desde el principio, por un permanente esfuerzo, por parte del monarca, de
socavar su gobierno. Las torpezas políticas del Emperador fueron intensificadas
por la guerra, que añadió muchas dificultades a los desafíos que enfrentaba el
Imperio antes de su estallido. El pobre desempeño del Ejército en el primer año
de guerra, la Gran Retirada y la crisis de municiones de 1915, envalentonaron a
la oposición, deseosa de exigir reformas al trono. El llamado “Bloque
Progresivo” se formó como una amplia coalición, que agrupaba tiendas muy
diversas, que pedían, entre otras cosas, gobiernos de confianza de una mayoría
parlamentaria, amnistía para los deportados sin juicio sobre bases políticas;
la suspensión de medidas discriminatorias contra las nacionalidades del Imperio
y respeto a las prerrogativas de las minorías religiosas.
En el momento en que su persona era más necesaria al frente del gobierno,
el Zar partió para el frente, con la intención de tomar personalmente el mando
de las tropas, causando más confusión en un gobierno ya plagado de
descoordinaciones. De todos modos, la mayor parte de la oposición (que era casi
todo el espectro político para 1917) se mantuvo fiel y apegado al esfuerzo de
la guerra, detrás del Zar, bajo la forma de un patriotismo oposicionista, que
buscaba la manera de conservar para Rusia el estatus de gran potencia y
mantener la integridad territorial del Imperio. Sólo los partidos de izquierda
más extrema, como los bolcheviques y los mencheviques intentaron bloquear
créditos especiales de guerra, mientras que estos últimos y los socialistas
revolucionarios enfrentaron divisiones al interior de sus colectividades, que
no lograban ponerse de acuerdo en torno a la priorización del internacionalismo
socialista y la firma de una paz inmediata, o una justificación más patriótica
para proseguir la guerra, en nombre de la resistencia al militarismo prusiano.
En este ambiente, nacieron las ideas del “defensismo revolucionario”, que
jugaría un importante rol en 1917 y después. El liderazgo de los partidos
revolucionarios o, al menos, la mayoría de sus simpatizantes en Rusia fueron
capaces de articular un discurso de apoyo a la guerra y de movilización de las
masas en ese sentido. La confusión doctrinaria dejó divididas internamente a
todas las fuerzas políticas que participaron de la Revolución, desde los
moderados de centro, hasta los mencheviques y socialistas revolucionarios, que
entraron en la vorágine revolucionaria participando del Gobierno Provisional,
pero con objetivos muy contrapuestos, especialmente en lo referido a la
continuación de la guerra y a la manera de conducirla. A este respecto, los
bolcheviques fueron una notable excepción, lo que les permitió, en última
instancia, ejercer una influencia desproporcionada a su tamaño relativamente
pequeño, gracias a su disciplina y claridad en los objetivos.
En la fotografía, tomada en el invierno de 1917, un grupo de soldados
rusos operan una ametralladora en lo que parece ser un improvisado montaje
antiaéreo.
Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
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