Hace 75 años. 9 de agosto de 1940. Segunda Guerra Mundial
Hace 75 años
9 de agosto de 1940
Segunda Guerra Mundial
Entre el 2 y el 6 de agosto de
1940, la Unión Soviética anexa oficialmente Estonia, Letonia, Lituania y los
territorios de Besarabia y Bukovina; estos últimos se convertirían en la
“República Socialista Soviética de Moldavia” (que servirá de base a la Moldavia
independizada en 1991 al producirse la destrucción de la Unión Soviética). Una
oleada de persecución se desata contra las poblaciones locales, incluyendo
arrestos, deportaciones masivas a campos de concentración y ejecuciones. El
“Paraíso Socialista” sigue expandiéndose…
El 4 de agosto, fuerzas italianas,
al mando del general Guglielmo Nasi, invaden la Somalia Británica, como parte
de la Campaña de África Oriental. Muy superados en número, escasos de armamento
y aislados del resto del Imperio Británico, los defensores se ven obligados a
ceder territorio a los italianos. La colonia caería en pocos días
En estos primeros días de agosto,
se completa exitosamente el primer convoy aliado destinado a socorrer a la
asediada isla de Malta, el “portaaviones” británico que no se podía hundir en
el Mediterráneo. A fines de julio, cuando el panorama para el esfuerzo de
guerra aliado era muy sombrío, algunas dudas fueron expresadas entre los mandos
británicos en torno a si Malta valía la pena de ser defendida. Finalmente se
decidió hacer todos los esfuerzos necesarios para mantener la posición,
convirtiéndose en uno de los factores decisivos de la victoria final aliada en
el Mediterráneo y en la guerra en general.
El 2 de agosto de 1940, un tribunal
militar francés condena en ausencia al general Charles de Gaulle, convertido en
jefe de la llamada “Francia Libre”, que es como fue conocido el gobierno
francés en el exilio, mientras la Francia metropolitana estuvo ocupada por
Alemania. La expresión también se aplica a las unidades militares francesas que
continuaron la lucha contra las fuerzas del Eje, a pesar del armisticio firmado
el 22 de junio de 1940 entre el régimen nazi y el gobierno liderado por el
mariscal Pétain. La “Francia Libre” también organizó las llamadas “Forces
Françaises de l'Intérieur” (“Fuerzas Francesas del Interior”), es decir, la
resistencia.
De Gaulle había sido prisionero de
guerra en la Primera Guerra Mundial y no estaba dispuesto a repetir la
experiencia. Siendo ministro del gabinete de Paul Reynaud, fue enviado por éste
a Londres a negociar un proyecto de Unión Franco-Británica, que mantuviera
dentro de la guerra a Francia y a su extenso imperio colonial. Sin embargo, a
los pocos días, el gobierno Reynaud cayó y fue reemplazado por el gobierno del
mariscal Henri Philippe Pétain, que decidió acordar un armisticio con los
victoriosos alemanes.
Ya con las negociaciones en marcha
entre los alemanes y el gobierno de Pétain, De Gaulle decidió tomar sobre sí la
responsabilidad de formar un gobierno francés en el exilio. El argumento era
que, siendo el único miembro del gabinete Reynaud que, desde Londres, podía
sustraerse a caer prisionero de los alemanes o, al menos, a ser coaccionado por
ellos, su obligación y su derecho era hacerse cargo de la conducción política
francesa en el exilio. Desde luego, no reconocía legitimidad alguna en el
gobierno de Pétain, sujeto a la influencia nazi.
El 18 de junio de 1940, ad portas
de la rendición francesa, la BBC transmitió el famoso “Llamamiento del 18 de
junio”, que puede considerarse el pronunciamiento de la Francia
Libre. “¿Se ha dicho —decía De Gaulle en su discurso— la última palabra?
¿La esperanza debe desaparecer? ¿La derrota es definitiva? ¡No! Créanme a mí,
que les hablo con conocimiento de causa y les digo que nada está perdido para
Francia. Los mismos medios que nos han vencido, pueden darnos un día la
victoria ¡Pues Francia no está sola! ¡No está sola! Tiene un vasto imperio de
su lado. Puede formar bloque con el Imperio Británico, que domina el mar y
continúa la lucha. Puede, como Inglaterra, utilizar sin límites la inmensa
industria de los Estados Unidos.” En el momento, el discurso y el llamado a
resistir podían parecer un gesto desesperado, pero el análisis de De Gaulle era
certero. La estrepitosa caída de Francia en junio de 1940 no significaba
necesariamente la victoria total de Alemania, que debía neutralizar a Gran
Bretaña, especialmente a su poderosa flota. En una perspectiva global, las
victorias alemanas no sacaban a Hitler de la peligrosa situación estratégica en
que estaba al comienzar de la guerra y, como se terminaría demostrando, el
tiempo jugaba a favor de los Aliados, que dominaban los mares y, por tanto,
controlaban las líneas de comunicaciones y las materias primas necesarias para
hacer la guerra.
Los primeros llamados de De Gaulle
hallaron poco eco en una Francia desorientada y golpeada por la rápida y
aplastante derrota, de modo que, al comienzo, los soldados y territorios
coloniales franceses que se unieron a la “France Libre” fueron relativamente
pocos. Con el tiempo, sin embargo, crecieron en número y los súbditos de
Francia y de su Imperio lucharon con distinción en casi todos los frentes de la
guerra, incluyendo a las “Forces Aériennes Françaises Libres”, es decir, las
“Fuerzas Aéreas Francesas Libres”, que ya se hicieron presentes durante la
Batalla de Inglaterra. Para julio de 1940, las FAFL contaban un contingente de
500 hombres, incluyendo 200 pilotos. Además de los aviadores que huyeron de la
captura por parte de los alemanes en junio de 1940, los oficiales franceses libres
consiguieron atraer mucho personal desde sus colonias y también desde
Sudamérica, especialmente desde Uruguay, Argentina y Chile.
Abajo, una imagen digitalizada del
libro de servicio de Edmond Roger Piffre, piloto de las FAFL, de padre francés
y madre chilena, nacido en Talcahuano, y que se enlistó el 6 de septiembre de
1941, según consta en el mismo documento.

Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
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