Hace 75 años. 13 de diciembre de 1940. Segunda Guerra Mundial
Hace 75 años
13 de diciembre de 1940
Segunda Guerra Mundial
Se lucha duramente en Albania,
donde los italianos se baten en retirada ante los griegos, que han pasado desde
defenderse de una invasión a amenazar el protectorado albanés de Italia. El
sueño imperial de Mussolini empieza a alejarse y tendrá que sufrir la
humillación de solicitar ayuda a los alemanes a fin de evitar un colapso total
en los Balcanes.
En Grecia y en Albania, los
italianos han perdido muchas tropas y equipamiento que esperaban destinar a
África, para reforzar a las tropas del mariscal Rodolfo Graziani, que están soportando, en estos días de diciembre, los primeros embates de una ofensiva
británica contra sus líneas, cuyo nombre clave es “Operación Compass”. Las tropas
italianas en África no reciben refuerzos y las derrotas de sus
camaradas en Grecia tienen muy mal efecto en la moral.
El teniente general Richar O’Connor,
comandante de la Fuerza del Desierto Occidental, es un veterano varias veces
condecorado de la Primera Guerra Mundial. En esa contienda, luchó apoyando a los italianos en la
decisiva Batalla del Río Piave (1918), contra el enemigo común de ese entonces:
Austria-Hungría, el Imperio danubiano aliado de Alemania en la guerra anterior. Su actuación le valió el reconocimiento de Italia, que lo distinguió
con la “Medaglia d’Argento al Valor Militare”, que luce orgullosamente ahora
frente a los mismos italianos, convertidos en adversarios de Gran Bretaña un
cuarto de siglo más tarde.
O’Connor tiene bajo su mando una
heterogénea fuerza de tropas británicas, francesas libres, australianas e
indias, que totalizan 30.000 hombres. Su unidad más peligrosa es la 7ª División
Acorazada, que alinea los tanques “Matilda”, cuyo blindaje es prácticamente
impenetrable para el armamento del que disponen los italianos. O’Conno y su
superior, el general Archibald Wavell, habían planificado una ofensiva breve,
de sólo cinco días, cuyo solo propósito era sacar a los italianos de Egipto. Desde
que detuvieron su ofensiva en septiembre, los italianos han estado esperando en
una serie de campamentos fortificados que parten en Sidi Barrani, en la costa,
hasta Sofafi, algunas decenas de kilómetros al sur. Esta línea está defendida
por 75.000 soldados italianos aproximadamente.
Poco antes del ataque, los
británicos detectaron una gran brecha de más de 30 kilómetros entre los campos
italianos de Nibeiwa y Rabia. Las fotos de reconocimiento aéreo mostraban
huellas de neumáticos moviéndose hacia Nibeiwa desde el noroeste, indicando una
franja que no había sido minada y que podía ser aprovechada para acercarse
hasta las defensas italianas. O’Connor planeaba atravesar por la brecha y
situar sus fuerzas detrás de la línea italiana, cortando toda posibilidad de
escape o refuerzo, atacando Nibeiwa a través del paso que estaba libre de
minas. Entre el 6 y el 8 de diciembre, los británicos ultimaron los
preparativos del ataque, que debía lanzarse el 9 de madrugada.
Antes del amanecer del 9 de
diciembre de 1940, blindados del 7º Real Regimiento de Tanques empezaron a
abrir el camino para que la 4ª División de Infantería de la India pudiera
atravesar las líneas italianas. Al amanecer, la artillería india abre fuego
sobre Nibeiwa y, poco después, el campamento es rodeado por los tanques y la
infantería de la “Commonwealth”. La sorpresa es total y los italianos han
debido abandonar sus campos fortificados al terminar el primer día de la
ofensiva.
El 10 de diciembre, los atacantes
rinden los campamentos fortificados cercanos a la costa y capturan Sidi
Barrani, poblado que servía de eje a todo el dispositivo italiano de defensa en
la zona. Las unidades blindadas británicas aprovechan el desconcierto de los
italianos, a los que persiguen en su retirada hacia el oeste, tomando cientos
de prisioneros. Desde el mar, monitores de la “Royal Navy” bombardean cualquier
columna italiana que se retire por el camino de la costa. Ante una posible
amenaza de ataque italiano hacia Egipto desde Etiopía, Wavell decide trasladar
a la 4ª División India del desierto y destinarla a la frontera sur, dejando a O’Connor
casi sin infantería hasta el 14, cuando llegue a apoyarlo la 6ª División Australiana.
Entre el 11 y el 13 de diciembre,
las últimas tropas italianas que resistían al este de Sidi Barrani finalmente
se rinden. Las tropas británicas, que prosiguen avanzando hacia la frontera
libia, se encuentran con la División Catanazaro, atrincherada en Bug Bug, a
medio camino de la frontera libia. Antes de terminar el día, las División
Catanazaro es rodeada y obligada a rendirse.
A los cuatro días de iniciada la “Operación
Compass”, los italianos han sufrido una derrota de proporciones catastróficas
en torno a Sidi Barrani. El único agrupamiento blindado, el llamado “Grupo Maletti”,
es completamente destruido, lo que priva a los italianos de la movilidad tan
necesaria en la lucha del desierto. El propio comandante de la fuerza, Pietro
Maletti, cae en combate. Sólo en los primeros cuatro días, las fuerzas
británicas y de la “Commonwealth” han tomado casi 40.000 prisioneros y han
sacado a los italianos de Egipto. Aprovechando el “momentum”, Wavell da luz
verde a O’Connor para que siga hacia Libia e intente tomar Bardia y, si las
cosas siguen bien, pueda amenazar el puerto-fortaleza de Tobruk.
En la fotografía, una columna de
tanques ligeros “Vickers Mk VI” atraviesan el desierto de África del Norte. El Vickers
era un buen tanque ligero, bien concebido para su rol de reconocimiento y
movimiento rápido, pero necesitaba el complemento de un número suficiente de
unidades blindadas más potentes. Los recortes presupuestarios del período de
Entreguerras hicieron que la enorme mayoría de los tanques británicos, al
empezar la guerra, fueran Vickers. En la Campaña de Francia, los británicos
habían tenido que dejar mucho material abandonado y, al iniciarse "Compass", no se habían recuperado
plenamente de las pérdidas sufridas entonces. Mientras los oponentes fueron las
ligeras tanquetas italianas, el Vickers, acompañado de un pequeño número de
tanques medianos y pesados, marchó victorioso hasta empujar a los italianos más
allá de Tobruk. La situación cambiaría cuando arribaran las tropas alemanas a
África, con sus “Panzer” I, II y III, que sin ser los mejores tanques del
mundo, eran indudablemente más peligrosos que los modelos italianos y, sobre
todo, estaban comandados con más tino.

Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
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