lunes, 14 de diciembre de 2015

Hace 75 años. 13 de diciembre de 1940. Segunda Guerra Mundial

Hace 75 años

13 de diciembre de 1940
Segunda Guerra Mundial

Se lucha duramente en Albania, donde los italianos se baten en retirada ante los griegos, que han pasado desde defenderse de una invasión a amenazar el protectorado albanés de Italia. El sueño imperial de Mussolini empieza a alejarse y tendrá que sufrir la humillación de solicitar ayuda a los alemanes a fin de evitar un colapso total en los Balcanes.

En Grecia y en Albania, los italianos han perdido muchas tropas y equipamiento que esperaban destinar a África, para reforzar a las tropas del mariscal Rodolfo Graziani, que están soportando, en estos días de diciembre, los primeros embates de una ofensiva británica contra sus líneas, cuyo nombre clave es “Operación Compass”. Las tropas italianas en África no reciben refuerzos y las derrotas de sus camaradas en Grecia tienen muy mal efecto en la moral.

El teniente general Richar O’Connor, comandante de la Fuerza del Desierto Occidental, es un veterano varias veces condecorado de la Primera Guerra Mundial. En esa contienda, luchó apoyando a los italianos en la decisiva Batalla del Río Piave (1918), contra el enemigo común de ese entonces: Austria-Hungría, el Imperio danubiano aliado de Alemania en la guerra anterior. Su actuación le valió el reconocimiento de Italia, que lo distinguió con la “Medaglia d’Argento al Valor Militare”, que luce orgullosamente ahora frente a los mismos italianos, convertidos en adversarios de Gran Bretaña un cuarto de siglo más tarde.

O’Connor tiene bajo su mando una heterogénea fuerza de tropas británicas, francesas libres, australianas e indias, que totalizan 30.000 hombres. Su unidad más peligrosa es la 7ª División Acorazada, que alinea los tanques “Matilda”, cuyo blindaje es prácticamente impenetrable para el armamento del que disponen los italianos. O’Conno y su superior, el general Archibald Wavell, habían planificado una ofensiva breve, de sólo cinco días, cuyo solo propósito era sacar a los italianos de Egipto. Desde que detuvieron su ofensiva en septiembre, los italianos han estado esperando en una serie de campamentos fortificados que parten en Sidi Barrani, en la costa, hasta Sofafi, algunas decenas de kilómetros al sur. Esta línea está defendida por 75.000 soldados italianos aproximadamente.

Poco antes del ataque, los británicos detectaron una gran brecha de más de 30 kilómetros entre los campos italianos de Nibeiwa y Rabia. Las fotos de reconocimiento aéreo mostraban huellas de neumáticos moviéndose hacia Nibeiwa desde el noroeste, indicando una franja que no había sido minada y que podía ser aprovechada para acercarse hasta las defensas italianas. O’Connor planeaba atravesar por la brecha y situar sus fuerzas detrás de la línea italiana, cortando toda posibilidad de escape o refuerzo, atacando Nibeiwa a través del paso que estaba libre de minas. Entre el 6 y el 8 de diciembre, los británicos ultimaron los preparativos del ataque, que debía lanzarse el 9 de madrugada.

Antes del amanecer del 9 de diciembre de 1940, blindados del 7º Real Regimiento de Tanques empezaron a abrir el camino para que la 4ª División de Infantería de la India pudiera atravesar las líneas italianas. Al amanecer, la artillería india abre fuego sobre Nibeiwa y, poco después, el campamento es rodeado por los tanques y la infantería de la “Commonwealth”. La sorpresa es total y los italianos han debido abandonar sus campos fortificados al terminar el primer día de la ofensiva.

El 10 de diciembre, los atacantes rinden los campamentos fortificados cercanos a la costa y capturan Sidi Barrani, poblado que servía de eje a todo el dispositivo italiano de defensa en la zona. Las unidades blindadas británicas aprovechan el desconcierto de los italianos, a los que persiguen en su retirada hacia el oeste, tomando cientos de prisioneros. Desde el mar, monitores de la “Royal Navy” bombardean cualquier columna italiana que se retire por el camino de la costa. Ante una posible amenaza de ataque italiano hacia Egipto desde Etiopía, Wavell decide trasladar a la 4ª División India del desierto y destinarla a la frontera sur, dejando a O’Connor casi sin infantería hasta el 14, cuando llegue a apoyarlo la 6ª División Australiana.

Entre el 11 y el 13 de diciembre, las últimas tropas italianas que resistían al este de Sidi Barrani finalmente se rinden. Las tropas británicas, que prosiguen avanzando hacia la frontera libia, se encuentran con la División Catanazaro, atrincherada en Bug Bug, a medio camino de la frontera libia. Antes de terminar el día, las División Catanazaro es rodeada y obligada a rendirse.

A los cuatro días de iniciada la “Operación Compass”, los italianos han sufrido una derrota de proporciones catastróficas en torno a Sidi Barrani. El único agrupamiento blindado, el llamado “Grupo Maletti”, es completamente destruido, lo que priva a los italianos de la movilidad tan necesaria en la lucha del desierto. El propio comandante de la fuerza, Pietro Maletti, cae en combate. Sólo en los primeros cuatro días, las fuerzas británicas y de la “Commonwealth” han tomado casi 40.000 prisioneros y han sacado a los italianos de Egipto. Aprovechando el “momentum”, Wavell da luz verde a O’Connor para que siga hacia Libia e intente tomar Bardia y, si las cosas siguen bien, pueda amenazar el puerto-fortaleza de Tobruk.

En la fotografía, una columna de tanques ligeros “Vickers Mk VI” atraviesan el desierto de África del Norte. El Vickers era un buen tanque ligero, bien concebido para su rol de reconocimiento y movimiento rápido, pero necesitaba el complemento de un número suficiente de unidades blindadas más potentes. Los recortes presupuestarios del período de Entreguerras hicieron que la enorme mayoría de los tanques británicos, al empezar la guerra, fueran Vickers. En la Campaña de Francia, los británicos habían tenido que dejar mucho material abandonado y, al iniciarse "Compass", no se habían recuperado plenamente de las pérdidas sufridas entonces. Mientras los oponentes fueron las ligeras tanquetas italianas, el Vickers, acompañado de un pequeño número de tanques medianos y pesados, marchó victorioso hasta empujar a los italianos más allá de Tobruk. La situación cambiaría cuando arribaran las tropas alemanas a África, con sus “Panzer” I, II y III, que sin ser los mejores tanques del mundo, eran indudablemente más peligrosos que los modelos italianos y, sobre todo, estaban comandados con más tino.

Imagen tomada de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d3/The_British_Army_in_North_Africa_1940_E443.2.jpg

 https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d3/The_British_Army_in_North_Africa_1940_E443.2.jpg

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