domingo, 24 de enero de 2016

Hace 100 años. 24 de enero de 1916. Primera Guerra Mundial

Hace 100 años
24 de enero de 1916
Primera Guerra Mundial

Las negociaciones para llegar a un armisticio entre Austria y Montenegro fracasan. Montenegro intentaba obtener condiciones dignas de paz, pero la respuesta austrohúngara es tajante: rendición incondicional y desarme de las tropas montenegrinas, además de la ocupación militar por tiempo indefinido. El pequeño Reino de Montenegro no tiene, sin embargo, recursos para enfrentar al Imperio Austrohúngaro y sus aliados. El 22, los austriacos capturan Antivari y, el 23, entran en Podgoritza. Ese mismo 23, los austriacos ocupan Scutari, en Albania, cerrando el cerco sobre los acosados montenegrinos, cuyas fuerzas están al borde del agotamiento.

El 22 de enero, Rumania abre negociaciones con Rusia para entrar en la guerra como aliada de la Entente. El Rey Fernando I de Rumania pertenecía a la Casa de Hohenzollern, la dinastía imperial reinante en Alemania, de modo que habría preferido mantenerse al margen de la contienda, tal como lo hizo cuanto se produjo el estallido en 1914, a pesar de que un tratado obligaba a Rumania a luchar al lado de Austria-Hungría, en caso de que ésta fuera atacada. Como, en rigor, Austria no fue atacada por Serbia, sino que fue más bien al revés, Rumania declaró que permanecería neutral, a la espera del desarrollo de los acontecimientos. En los meses siguientes de 1916, Rumania decidiría si el premio prometido por las potencias de la Entente valía lo suficiente como para entrar en la carnicería.

El 24 de enero de 1916, la Cámara de los Comunes aprueba la primera Ley de Servicio Militar compulsorio en la historia británica. Hasta el momento, Gran Bretaña había confiado en los voluntarios para completar los cuadros de su pequeño y aguerrido, pero diezmado, ejército profesional. Para 1916, el antiguo ejército había dejado prácticamente de existir en la carnicería del Frente Occidental, pero no se había llegado a las cuotas de reclutamiento voluntario, necesarias para responder a la enorme demanda de recursos humanos que suponían los muchos frentes en que estaba comprometido el “Royal Army”.

La ley de enero de 1916 entraría en vigencia en marzo y determinaba que todos los varones entre 18 y 41 años podían ser llamados al Ejército, a no ser que fueran casados, viudos con hijos, ministros de culto, miembros de la Marina o estuvieran trabajando en algunas ocupaciones reservadas, consideradas lo bastante cruciales, como para justificar una exención. Al poco tiempo, sin embargo, con las grandes ofensivas de 1916 en el Frente Occidental, el universo de conscriptos tuvo que extenderse. Una segunda ley de conscripción, de mayo de 1916, extendió la obligación a los hombres casados y una tercera, promulgada en 1918, ampliaría el límite de edad hasta los 51 años.

Abajo, un poster informativo relacionado con el reclutamiento. Llama a los varones elegibles a no dejar para el último momento su presentación en los cuarteles o la presentación de las causales para ser eximido del servicio militar. El texto recuerda a todos que el trámite debía quedar resuelto antes del jueves 2 de marzo de 1916, cuando la ley entraba en vigor.



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