domingo, 16 de octubre de 2016

Hace 75 años. 16 de octubre de 1941. Segunda Guerra Mundial. Hacia el Holocausto



Hace 75 años
16 de octubre de 1941
Segunda Guerra Mundial

Hacia el Holocausto

El 10 de octubre de 1941, entra en servicio la 250ª División de Infantería de la “Wehrmacht”, más conocida como “División Azul”, cuya característica principal era estar compuesta por voluntarios españoles. Dos días después, los españoles habían alcanzado su posición de despliegue en el río Voljov, en el Frente de Leningrado, en el área operacional del Grupo de Ejércitos Norte. El mismo día 10, el general Gueorgui Zhukov toma el mando del nuevo Frente Oeste del Ejército Rojo, cuyo propósito era evitar la caída de Moscú en manos alemanas. En el sur de Rusia, el 1er Grupo Panzer llega hasta el Mar de Azov. La población civil, en la medida en que puede, empieza a escapar de la capital soviética, cuya captura por parte de los alemanes parece inminente, a pesar de que la logística alemana empieza sufrir problemas graves y el empeoramiento del clima no ayuda a resolverlos.

El 13 de octubre, el 30º Ejército Soviético es destruido en Rzhev. Las unidades que escapan al cerco retroceden hacia Mozhaysk, treinta kilómetros más cerca de la capital, donde se establece una nueva línea defensiva. Al día siguiente, las tropas rusas encerradas en la bolsa de Bryansk se rinden, dejando 50.000 prisioneros a los alemanes. Pocos días después, las fuerzas encerradas en torno a Vyazma correrán la misma suerte. Stalin ordena la evacuación de Moscú, partiendo por los mandos de la NKVD (con sus miles de presos políticos), agencias de gobierno y legaciones extranjeras.

En el sur, en Ucrania, concluye la operación de evacuación de la ciudad e importante base naval de Odesa. En las últimas dos semanas, 121.000 soldados y civiles, 1.000 camiones y 20.000 toneladas de munición fueron sacadas del sitio por mar. Tras la rendición de las unidades que quedaron para proteger la retirada, el 16 de octubre de 1941, la ciudad es conquistada por los rumanos, que han pagado un alto precio para doblegar la resistencia del Ejército Rojo, apoyado por las unidades de la Flota del Mar Negro.

En África del Norte, el puerto-fortaleza de Tobruk sigue sitiado. Las fuerzas de la “Commonwealth”, asistidas por unidades francesas libres, han luchado galantemente contra las tropas germano-italianas, que las obligaron a retirarse por casi toda Cirenaica durante la primavera e inicios del verano de 1941. Perder la Cirenaica fue una gran derrota para los británicos y significó la primera gran victoria de Rommel en Noráfrica, que se dio el gustito de asediar durante varios meses un ejército más grande que el suyo. En dos ocasiones, los intentos de relevar a la guarnición han sido rechazados por el “Zorro del Desierto”, que ha causado severas bajas, en hombres y material, al 8º Ejército Británico (que es como se denominó a la Fuerza de Desierto Occidental desde septiembre de 1941). Hasta el momento, la defensa de la fortaleza ha estado a cargo de unidades indias, británicas y australianas, con presencia mayoritaria de estas últimas, encuadradas en la 9ª División Australiana. Pero el gobierno australiano está preocupado por sus soldados, a los que se pidió mantener Tobruk por cinco semanas y han debido aguantar un asedio muy duro, durante casi siete meses. Los altos mandos imperiales, en Londres, han accedido a las peticiones del gobierno australiano, en el sentido de retirar sus soldados de Tobruk. La operación se ha estado llevando a cabo gradualmente desde agosto, usando rápidos buques de guerra como transporte, durante las noches sin luna, para disminuir las pérdidas que pudiera ocasionar la “Luftwaffe” alemana que, apoyada por las aeronaves de la “Regia Aeronautica Italiana”, es dueña indiscutible de los cielos africanos.

En reemplazo de la guarnición de Tobruk, han ido llegando los efectivos de la 1ª Brigada Cárpata Polaca, el 11º Batallón Checoslovaco de Infantería y las siguientes fuerzas británicas metropolitanas: la 16ª Brigada de Infantería, la 70ª División de Infantería, la 32ª Brigada de Tanques y el 4º Real Regimiento de Tanques, todos con sus correspondientes suministros. Pero la gradualidad del relevo parece muy lenta al nuevo Primer Ministro de Australia, John Curtin, asumido el 7 de octubre de 1941, quien anuncia que las tropas australianas serán retiradas inmediatamente. En un arranque de rabia, el Primer Ministro Británico, Winston Churchill, se desahoga con Lord Beaverbrook, en una conversación del 15 de octubre: “¡Estamos en guerra con casi cada país, incluyendo Australia!”

Por mientras, la “Commonwealth”, más allá de la frontera egipcia, prepara una gran contraofensiva para levantar el asedio de Tobruk y expulsar a las fuerzas del Eje de Cirenaica. Cuentan con todas las ventajas logísticas y saben que el “Afrika Korps” y sus aliados italianos no reciben suficientes suministros. El problema es que Rommel, con o sin suministros, tiene la mala costumbre de ser un genio y ganar las batallas en condiciones de gran inferioridad. Habrá que esperar algunas semanas para ver cómo termina la partida del desierto en 1941.

Entre fines de 1941 y fines de 1942, la Alemania Nazi está en el pináculo de su poder. Envalentonados, los nazis son más osados con sus obsesiones raciales y tienen menos escrúpulos a la hora de castigar y exterminar, si lo consideran necesario, a los grupos que ven como “enemigos del Estado”, especialmente los judíos de la Europa ocupada. El 10 de octubre de 1941, el mariscal Walther von Reichenau, comandante del 6º Ejército Alemán, publica la llamada “Orden de Severidad”. En el texto, el mariscal afirmaba que el objetivo más importante de la Campaña en la URSS era la destrucción de las fuentes de poder del “Judeo-Bolchevismo” y el exterminio de la influencia asiática en la civilización europea. La orden de Reichenau rezaba que, en el Frente Oriental, el soldado alemán “no es sólo un hombre luchando de acuerdo con las reglas del arte de la guerra, sino también el portador de una concepción nacional (…) El soldado debe aprender plenamente a apreciar la necesidad de la severa, pero justa retribución que debe ser impuesta a la especie subhumana de los judíos.” La orden fue repetida con entusiasmo por gran parte de los mandos del Ejército, de modo que no fueron sólo la SS, la SD o la Gestapo las únicas culpables de los abusos perpetrados contra los judíos y otros grupos que vivían en los países ocupados.

De todos modos, los más activos en las tareas de exterminio fueron siempre los miembros de las organizaciones nazis. Por estos días, Reinhard Heydrich, que llegará a ser conocido como el “Carnicero de Praga”, ordena establecer un campo-gueto en los Sudetes, que se convertirá en el Campo de Concentración de Theresienstadt. Heydrich recomendaba usar el lugar para recibir a judíos checos, alemanes y austriacos. El 14 de octubre de 1941, el gobierno nazi ordena la deportación de todos los judíos que vivían dentro de las fronteras alemanas de 1939. La mayoría de estos judíos alemanes terminaría en guetos y campos de Polonia, Bielorrusia y Ucrania. La primera operación de deportación masiva desde Alemania se inicia el 16 de octubre de 1941.

El 15 de octubre, es promulgada una orden de Hans Frank, el Gobernador General de la Polonia ocupada por los alemanes. Frank disponía que todo judío hallado fuera del gueto de Varsovia, sin distinción de edades o condición, podía ser condenado a muerte, así como cualquier persona que les diera refugio o ayuda para escapar. Ese mismo día, el “brigadeführer” (mayor general) Franz Stahlecker, del “Einsatzgruppe A”, envío a Berlín un reporte de 130 páginas, donde resumía sus “logros”: 71.105 judíos asesinados en Lituania y otros 30.000 en Letonia, además de 3.387 miembros del gobierno soviético o del Partido Comunista en Rusia.

Son los pasos finales hacia la política de exterminio total que será conocida con el infame nombre de “Solución Final”. En la fotografía, tomada a fines de 1941, se ve un grupo de judíos en el pueblo de Coesfeld, en el noroeste de Alemania, esperando para ser deportados al gueto de Riga, en Letonia.




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