Hace 75 años. 23 de octubre de 1941. Segunda Guerra Mundial. Tobruk, la rutina del asedio
Hace 75 años
23 de octubre de 1941
Segunda Guerra Mundial
Tobruk, la rutina del asedio
El 17 de octubre de 1941 fue un mal día para los Aliados en la Batalla
del Atlántico. Los submarinos alemanes, “U-432” y “U-558”, hunden tres
transportes del convoy “SC-48”, que atravesaba el Atlántico Norte. Algunas
horas antes, el submarino “U-568” había dañado a uno de sus escoltas, el
destructor estadounidense “USS Kearney”, luego de impactarlo con uno de sus
torpedos. Estados Unidos y Alemania están a un paso de la guerra abierta. Ese
paso será dado en diciembre de 1941, cuando el ataque japonés contra Pearl
Harbor precipite las respectivas declaraciones de una guerra que se
desarrollaba, de hecho, hacía tiempo en los mares. Al día siguiente, 18 de
octubre, el convoy es nuevamente atacado por submarinos alemanes, que dañan
gravemente al destructor británico “HMS Broadwater”, que debe ser hundido por
los mismos británicos, tras determinar que no era factible seguir navegando con
la nave en esas condiciones.
El 17, el siniestro Ministerio de Propaganda Nazi anuncia que Luxemburgo
ha quedado “Judenfrei”, “libre de judíos”. Ese mismo día, los primeros judíos
checos son deportados desde la que había sido su patria durante varios siglos
hacia diversos campos de concentración en Europa Oriental. Es la antesala de la
consumación total del Holocausto.
En el Frente Ruso, se sigue desarrollando la Batalla de Moscú. La
división “Das Reich” de las “Waffen-SS” y la 10ª División Panzer de la
“Wehrmacht” avanzan hacia la capital soviética por la carretera que la une con
Minsk. El avance se hace cada vez más difícil, por la creciente resistencia soviética
y por el empeoramiento del clima. Aun así, el 18, sus tanques capturan Mozhaysk.
El 19, el Ejército Rojo sufre un nuevo desastre, cuando cesa la resistencia en
la bolsa de Vyazma. Los alemanes capturan 670.000 prisioneros, más de 1.000
tanques y 4.000 piezas de artillería. En Volokolamsk, al extremo noroeste de la
línea defensiva de Mozhaysk, la recién llegada 316ª División de Infantería
consigue detener el avance la 4ª División Panzer por un tiempo. En el Kremlin,
el día 19, Stalin ordena que el Politburó abandone la capital, excepto por él
mismo, Lavrenti Beria, jefe del NKVD, y Gueorgui Malenkov, uno de los más
cercanos colaboradores del tirano marxista.
Además de la lucha en los distintos frentes de batalla abiertos, los
alemanes deben destinar considerables fuerzas a luchar contra los partisanos
que, en los distintos países ocupados, hacen lo posible por entorpecer la
presencia del invasor. Una de las resistencias más efectivas fue la
desarrollada en Yugoslavia. Como reactivo, a menudo causó brutales represalias
por parte de los alemanes. El 20 de octubre de 1941, las tropas de ocupación
alemanas ejecutaron 2.324 hombres y niños en el pueblo serbio de Kragujevac,
incluyendo 300 muchachos de un colegio secundario local, que fueron asesinados
junto con los hombres adultos. Las autoridades locales de ocupación declararon
que la masacre era una respuesta a un ataque partisano que había dejado 10
alemanes muertos y 26 heridos el pasado 10 de octubre. Hitler estaba furioso
con la actividad de los partisanos y había dispuesto que 100 civiles yugoslavos
fueran ejecutados por cada soldado alemán muerto y 50 por cada alemán herido.
En Francia, las operaciones de la resistencia generan represalias
similares. El 20 de octubre, es asesinado el coronel alemán Karl Hotz, en
Nantes. Dos días después, la respuesta alemana es pasar por las armas 48
partisanos que estaban prisioneros. Los alemanes además prometen otros 50
muertos, si no se captura pronto al responsable de la muerte de Hotz. En tanto,
el 22, en Burdeos, un mayor alemán muere a manos de la resistencia, causando la
respuesta de 50 ejecuciones.
El 18 de octubre, el general Hideki Tojo asume como Primer Ministro de
Japón. Desde esa posición, ordenaría el ataque japonés sobre Pearl Harbor,
llevando a su país a la carnicería de la Segunda Guerra Mundial.
En el Mediterráneo, los submarinos alemanes también actúan, apoyados por
los sumergibles de la “Regia Marina Italiana”. El mismo día 17, el “U-97” hunde
el carguero griego “Samos” (31 muertos, 3 sobrevivientes) y el tanquero
británico “Paso de Balmaha” (20 muertos, sin sobrevivientes), 80 kilómetros al
oeste de Alejandría. El 18, tres destructores y un crucero británico parten
desde Alejandría hacia Tobruk, desde donde retornarían al día siguiente,
contribuyendo a llevar suministros hasta el asediado puerto y realizando el
reemplazo de las tropas australianas, que estaban desde mayo resistiendo a las
fuerzas combinadas del “Regio Esercito Italiano” y del “Deutsches Afrika
Korps”. Para proteger al convoy, dos cruceros británicos, un crucero
australianos y dos destructores bombardean las baterías de defensa costera
alemanas cerca de Tobruk.
El tránsito entre Alejandría y Tobruk se repetirá muchas veces en estas
últimas semanas de asedio al puerto-fortaleza de la Cirenaica. Mientras las
unidades navales de la “Commonwealth” apoyan la acción de sus tropas de tierra,
éstas han entrado en una especie de empate con los ítalo-germanos que las
rodean. Las defensas de Tobruk estaban vertebradas en dos líneas principales.
Las defensas italianas originales conformaban la llamada “Línea Roja”. Cada uno
de sus puestos había sido reacondicionado y lo habían ocupado una docena de
hombres, armados con armas automáticas y fusiles. Tres kilómetros más atrás,
estaba la “Línea Azul”, formada por posiciones rodeadas de una zanja
antitanques y alambradas de púas, reforzadas por posiciones de morteros y armas
antiblindaje. Además de de ser la segunda posición defensiva, en caso de tener
que abandonar la primera, la Línea Azul tenía el específico objetivo de
proteger la artillería defensiva del perímetro. Con el paso de los meses, las
defensas fueron reforzadas con numerosos campos de minas.
Luego de que los alemanes e italianos renunciaran a tomar la fortaleza
por asalto y luego de que los británicos fracasaran dos veces en su intento de
relevar a la plaza, la interacción entre sitiadores y sitiados se concentró
mayormente en las patrullas realizadas en la “tierra de nadie”. Las patrullas
variaban mucho en número y función. Algunas eran regulares y su objetivo era
controlar los movimientos rutinarios de los adversarios; en otros casos, eran
pequeños grupos de reconocimiento, que investigaban algún cambio en la línea,
como la aparición de nuevas posiciones; otras estaban destinadas a capturar
prisioneros para interrogatorio. En ocasiones, a la infantería, se sumaban
carros de combate. El teniente general australiano, sir Leslie Morsehead, jefe
de la plaza, estuvo siempre determinado a que la “tierra de nadie” le
perteneciera a sus tropas y los hombres de Rommel aprendieron que los
australianos podían ser adversarios muy peligrosos en los ocasionales
encuentros que tuvieron durante las noches africanas.
La artillería había sido uno de los puntos fuertes del Ejército Alemán
durante la guerra anterior. No obstante, para la Segunda Guerra Mundial,
Alemania simplemente no tuvo tiempo de fabricar todo el equipamiento militar
que hubiera deseado, habiendo partido el rearme muy atrasada, en relación con
los que serían sus enemigos, debido a las restricciones impuestas por el
Tratado de Versalles y que fueron desconocidas oficialmente por Hitler recién
en 1935. En comparación con el notable desarrollo de la aviación y los tanques,
la artillería alemana era escasa y de inferior calidad a la que poseían los
Aliados. Cuando las victorias alemanas dependieron de rápidas penetraciones
motorizadas, protegidas por enjambres de “Stukas”, la insuficiencia de la
artillería fue poco importante, pero el estancamiento del frente africano en
Tobruk obligó a empeñar las piezas de artillería al acoso de la fortaleza
sitiada. Un inconveniente adicional era que
la gran mayoría de las piezas artilleras que tenían las fuerzas del Eje
eran armas de campaña o cañones como el “Flak” de 88 milímetros, muy útiles
acompañando un ejército en movimiento, pero inapropiados para asediar una
fortaleza.
En la fotografía de más abajo, se ve al “Bardia Bill” que es como los
australianos bautizaron al cañón de asedio de la imagen. Era una pieza francesa
de 159 milímetros, capturada al derrotado Ejército Francés, especial para el
asedio, operada por artilleros italianos que participaban del cerco de Tobruk.
Entre el “Bardia Bill” y los artilleros defensores se desarrolló un intenso
duelo, pues estos últimos se afanaban en responder a sus atenciones apenas
aquél hacía unos pocos disparos.
Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
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