Hace 100 años. 29 de agosto de 1915. Primera Guerra Mundial
Hace 100 años
29 de agosto de 1915
Primera Guerra Mundial
En el Frente Oriental, Alemania y Austria-Hungría siguen al ataque, y
Rusia sigue a la defensiva. El 26 de agosto, los alemanes ocupan Byelostok, en
la Polonia Rusa. El 25, también en territorio polaco, ha caído Brest-Litvosk,
esa localidad que dará nombre al tratado que, en 1918, sacaría de la Gran
Guerra a la Rusia Soviética.
El 30 de agosto, Frano Supilo, connotado político croata, es informado
por el Ministro de Asuntos Exteriores Británico, Sir Edward Grey, de que la
Entente garantizaría la autodeterminación de Bosnia, Herzegovina, Dalmacia del
Sur, Eslovenia y Croacia, siempre y cuando Serbia diera su consentimiento. Como
ya sabemos, al terminar la guerra, la mayor parte de esos territorios quedaron
englobados en Yugoslavia, donde los serbios ocuparon una posición preeminente
desde el principio (de hecho, el Rey Pedro se convirtió en el primer monarca
del nuevo estado). Conscientes de que una excesiva atomización de Europa
Central y Balcánica era peligrosa, muchos líderes de las etnias que formarían
parte de Yugoslavia no se oponían a formar parte de un reino bajo la soberanía
nominal de la Casa de Karadordevic, a la que pertenecía el Rey Pedro de Serbia,
en la medida que aquello ocurriera bajo condiciones de igualdad para todos los
pueblos que se unirían en una entidad de esa naturaleza. Muchos de esos
políticos, forzados por las muy cambiantes circunstancias del siglo XIX, habían
transitado desde la colaboración con el gobierno de Austria-Hungría, de la que
formaban parte hasta la guerra, hasta la abierta hostilidad hacia la corte
vienesa.
Frano Supilo fue uno de esos líderes que, en algún momento, intentó
preservar la identidad de su pueblo, el croata, sin buscar inmediatamente la
destrucción del Imperio Austrohúngaro, cuya desaparición brusca podía traer
insospechadas y peligrosas consecuencias para Europa. Sin embargo, para el
momento de estallar la guerra, Supilo era partidario de la unión con Serbia y
otros pueblos para formar un estado de los “Eslavos del Sur”, es decir,
“Yugoslavia”. Supilo formó parte del Comité Yugoslavo, asentado en Londres
durante la guerra. No alcanzó a ver los resultados, porque falleció en 1917,
antes del término de la contienda. De todos modos, es posible que, dados los
acontecimientos acaecidos en el siglo XX, Supilo se habría sentido decepcionado
de los resultados.
El nuevo estado nació como “Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos” al
finalizar la Primera Guerra Mundial. En 1929, cambió su nombre oficial por el
de “Reino de Yugoslavia” (que era, en todo caso, la denominación que se usó
siempre coloquialmente), en parte, para reflejar el hecho de existir otros
grupos étnicos dentro del nuevo país, como montenegrinos, macedonios, húngaros
de Voivodina, bosnios y algunos otros representados en menor número.
Los Karadordevic fueron notablemente exitosos en mantener la paz y unidad
del país hasta que los totalitarismos nazi y comunista empezaron a influir en
el ambiente internacional, a fines de la década de 1930. No obstante, siempre
existió tensión entre los componentes de Yugoslavia, especialmente entre los
grupos étnicos más numerosos, es decir, croatas, serbios y bosnios, que además
se diferenciaban en poseer religiones distintas. El país permaneció unificado
luego de la Segunda Guerra Mundial solamente por la mano de hierro de la
tiranía comunista instaurada por Josip Broz Tito en 1945, luego de expulsar al
último rey, Pedro II.
Al desaparecer la Unión Soviética en 1991, el gobierno comunista de
Yugoslavia, aunque no formara parte del Pacto de Varsovia, se debilitó al punto
de no poder contrarrestar las fuerzas centrífugas que amenazaban al país.
Desgraciadamente, Yugoslavia se terminó disolviendo en una serie de crueles
guerras ocurridas entre 1991 y 2001, cuyas causas no han terminado de
resolverse hasta hoy.
El arma que aparece en la fotografía de más abajo, ha cambiado muchas
veces de mano, siguiendo las peripecias de los pueblos que formaron Yugoslavia,
muy similares a las vividas por los pueblos de Europa Central y del Sureste en
general. Corresponde a una pieza de artillería Skoda de 150 mm, montada
originalmente en el acorazado “SMS Tegetthoff”, de la Marina Imperial y Real
Austrohúngara. El “dreadnought” fue cedido a Italia como reparación de guerra,
cuando concluyó la Gran Guerra y desarmado al poco tiempo. La pieza formaba
parte de la artillería secundaria de la nave y los italianos la usaron en un
montaje estático de defensa costera en el puerto de Pola, que había sido la
base principal de los austriacos en el Adriático y pasó luego a formar parte de
Italia, como una de las potencias vencedoras en la guerra. Al ser derrotada
Italia en la Segunda Guerra Mundial, Pola fue agregada a la Yugoslavia
comunista de Tito, de la que fue parte hasta la independencia de Croacia en
1991.

Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
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