domingo, 21 de febrero de 2016

Hace 100 años. 21 de febrero de 1916. Primera Guerra Mundial



Hace 100 años
21 de febrero de 1916
Primera Guerra Mundial

El 15 de febrero de 1916, el Gobierno Británico concluye un acuerdo con los jefes de las tribus Bakhtiari, de Persia, para colaborar en la protección de los pozos petroleros situados en su territorio. Hasta inicios del siglo XX, las marinas de guerra del mundo dependían del carbón como combustible, incluyendo la “Royal Navy”. En los años previos a la guerra, Gran Bretaña había construido destructores y submarinos impulsados por petróleo, pero no se había dado el paso hacia construir acorazados que utilizaran petróleo exclusivamente como fuente de propulsión. Estados Unidos ya había comisionado el “USS Nevada”, lanzado en 1914, pero la marina norteamericana tenía la ventaja de contar con petróleo producido en su propio territorio, algo con que los británicos no contaban. En cambio, el carbón era muy abundante en las Islas Británicas. Cambiar la matriz energética podía ser arriesgado para Gran Bretaña, que dependía dramáticamente de la supremacía naval para mantener su Imperio. Luego de años de debate, el petróleo se impuso al carbón y los británicos entraron a la Gran Guerra ya con un acorazado, el “HMS Queen Elizabeth”, construido para usar petróleo como único combustible; el resto de la flota sería modificada en el mismo sentido. El momento en que la marina más poderosa del mundo se convirtió en dependiente del petróleo marcó, sin duda, un cambio de época para la historia mundial del transporte y la energía.

La lucha prosigue en los distintos frentes. El 16 de febrero, llegan a Corfú algunos remanentes del Ejército de Montenegro, escapados de la invasión austrohúngara. Ese mismo día, Erzerum es capturada por los rusos, en el frente armenio, donde combaten a los turcos, su enemigo secular. El 18 de febrero, los rusos prosiguen su avance desde el Cáucaso y arrebatan Mush a los otomanos. Ese mismo día, en África, la última posición alemana en Camerún, Mora, se rinde a los británicos. Algunas tropas alemanas consiguen escapar hacia la colonia española de Río Muni (actual Guinea Ecuatorial), donde son internadas por las autoridades locales. Las posesiones coloniales alemanas, aisladas de la metrópoli por el dominio franco-británico de los océanos, van cayendo en manos de la Entente sin más opciones que prolongar la resistencia al máximo, para distraer tantos recursos del enemigo como se pueda. Sólo en el África Oriental Alemana la lucha seguirá hasta el armisticio de 1918.

El 21 de febrero de 1916, se da inicio a la Batalla de Verdún, una de las más célebres y la más larga de la Primera Guerra Mundial. Los alemanes habían planificado el inicio de su ofensiva para el 12 de febrero, pero el mal clima había forzado el retraso, hasta las 7.15 horas del 21, cuando 808 piezas de artillería iniciaron un bombardeo que duraría diez horas y dejaría caer cerca de un millón de proyectiles sobre las posiciones francesas.

Después de terminar la guerra de movimientos, el frente occidental había quedado estabilizado en una línea de trincheras, que ninguno de los dos bandos había podido romper, a pesar de las ofensivas de 1915, que costaron muchísimas bajas y apenas reportaban algo de terreno conquistado. El Jefe del Estado Mayor Imperial Alemán, Erich von Falkenhayn, creía que era imposible lograr la victoria mediante una ofensiva de rompimiento o una batalla decisiva. Alemania, comprometida en varios frentes al mismo tiempo, simplemente no tenía los recursos humanos, ni materiales para conseguirlo. De modo que ideó un plan para causar tal cantidad de bajas al Ejército Francés, que su gobierno fuera obligado a buscar la paz.

Se eligió Verdún como el punto de ataque por tener una enorme carga histórica y simbólica para Francia. El mando alemán suponía que, si conseguían ocupar el sector de Verdún, los franceses enviarían todas sus reservas a recuperarlo o lucharían a la defensiva, mientras los británicos lanzaban una ofensiva en otro sector del frente para aliviar la presión. Como fuere, la idea era recibir el ataque de franceses o británicos en posiciones defensivas consolidadas, contra las que chocaran los ejércitos enemigos desangrándose hasta el agotamiento. Para que el plan surtiera efecto, Von Falkenhayn necesitaba producir muchas bajas en el enemigo y mantener al mínimo las propias, especialmente en la primera fase, destinada a capturar las fortificaciones que rodeaban Verdún. Si así lo conseguía, podría tener tropas de refresco, que sirvieran para lanzar una contraofensiva sobre las tropas franco-británicas, que ya estarían agotadas… o eso esperaba el jefe alemán.

La “Región Fortificada de Verdún” (“Région Fortifiée de Verdun, RFV”) estaba en una saliente del frente, formada en la invasión alemana de 1914, de modo que gran parte de la zona estaba rodeada por territorio controlado por los alemanes y se comunicaba con la retaguardia francesa por medio de una línea férrea ligera. En teoría, las defensas de Verdún eran formidables. Desde fines del siglo XVII, se habían construido fortificaciones. Al estallar la guerra, en 1914, la zona alrededor de la villa de Verdún estaba formada por un anillo doble de 28 fuertes y fortificaciones menores, en terreno alto. Desde fines del siglo XIX, muchos fuertes habían sido modernizados y se les había hecho más resistentes a la artillería de asedio. Las defensas estaban conectadas entre sí, contaban con torretas móviles de artillería, nidos de ametralladora, cuarteles subterráneos y depósitos igualmente bajo tierra. La movilización francesa preveía una guarnición de 66.000 soldados y suministros para 6 meses en la RFV que, además de histórica, tenía una gran importancia estratégica, reconocida desde las invasiones bárbaras al Imperio Romano de Occidente, cuando Atila el Huno intentó penetrar a las Galias por Verdún, siendo rechazado con grandes pérdidas.

Sin embargo, el Comandante en Jefe del Ejército Francés, general Joseph Joffre, estaba convencido de que las fortificaciones fijas eran inútiles contra la artillería pesada de asedio, especialmente luego de ver lo rápido que los alemanes habían capturado los fuertes belgas de Lieja y Namur, durante su ofensiva de 1914. En agosto de 1915, se habían dado las órdenes para retirar la mayor parte de la artillería presente en la RFV y llevarse los suministros a otros sectores del frente, donde pudieran ser más necesarios. Para asegurarse que los alemanes no aprovecharan las mejores fortificaciones, en caso de que las tomaran al asalto, el mando francés había dispuesto la demolición de los fuertes de Douaumont y Vaux. De hecho, al momento de la ofensiva alemana, 5.000 kilogramos de explosivos habían sido instalados para volarlos. Con gran parte de la artillería de los fuertes desmontada, con pocas reservas de munición y guarniciones esqueléticas, la RFV estaba, en febrero de 1916, relativamente desprotegida. El sistema de fuertes debía ser reemplazado por trincheras, pero éstas tampoco estaban consolidadas.

El plan de Von Falkenhayn era verosímil, pero contaba con una rápida captura de las fortificaciones en torno a Verdún, sufriendo muy pocas bajas y causando masivas bajas a los franceses, especialmente cuando intentaran reconquistar el área. Von Falkenhayn se imaginaba a masivas oleadas de infantería francesa, siendo aplastadas por el implacable fuego de la artillería pesada alemana. La concentración de tropas y artillería alemana era formidable, pero los alemanes nunca lograron desalojar totalmente a la artillería francesa, que causó bajas alemanas en un grado que no resultaba compatible con el éxito del plan. Al final, cuando resultó claro que una rápida victoria no era posible, los alemanes se resistieron a retirarse, porque el honor de sus armas había quedado comprometido con la suerte de Verdún, tanto como lo estaba el honor de los soldados franceses, en una batalla que terminó prolongándose por 300 interminables días.

En la fotografía, un mortero pesado alemán hace fuego frente a Verdún. Este tipo de piezas de artillería, que habían dado rápidas victorias a los alemanes en Bélgica durante los últimos meses de 1914, no bastarían para obtener un resultado decisivo en Verdún.

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