sábado, 6 de agosto de 2016

Hace 100 años. 7 de agosto de 1916. Primera Guerra Mundial

Hace 100 años
7 de agosto de 1916
Primera Guerra Mundial

El 1 de agosto, llega a su fin la corta y triste carrera del acorazado italiano “Leonardo Da Vinci”. El “Da Vinci”, botado en 1911, fue uno de los tres dreadnought “Clase Conde de Cavour” construidos para la “Regia Marina Italiana”. Era un buque poderoso y moderno que, sin embargo, no alcanzó a ver mayor acción durante la guerra contra su rival tradicional, la “Imperial y Real Marina” de Austria-Hungría. Mientras estaba anclado en el puerto de Tarento, sufrió una explosión del depósito municiones, con la pérdida de 248 hombres. Los italianos culparon a saboteadores austriacos de la explosión, pero el incidente nunca se aclaró del todo y bien pudo haber sido accidental.

El día 3 de agosto, se inicia la Batalla de Romani, que significó la derrota del último intento de los Imperios Centrales de amenazar por tierra el Canal de Suez y dio pie para iniciar la Campaña del Sinaí y Palestina. Fue la primera victoria obtenida contra las tropas turcas, lo que es mucho decir, considerando que la guerra ya llevaba dos años de desarrollo y todos esperaban que los turcos se derrumbaran al primer disparo. Muy al contrario, en 1916, los otomanos habían rechazado la invasión de los estrechos, habían humillado a los británicos en Mesopotamia y, hasta agosto, amenazaban el tráfico comercial de Suez, tan importante para vincular las metrópolis de la Entente con sus colonias asiáticas, especialmente la India Británica. En los últimos días de julio, las tropas británicas que defendían Suez, habían reportado movimiento de fuerzas enemigas, que permitían presagiar un posible ataque. En la noche del 3 al 4 de agosto, una fuerza combinada alemana, austriaca y otomana chocó con la pantalla de la 1ª Brigada Ligera Montada del “Anzac” (“Australian and New Zealand Army Corps”, “Cuerpo de Ejército Australiano y Neozelandés”). Al comienzo, los Anzac fueron forzados a retirarse, hasta que recibieron refuerzos, con los que fueron capaces de contener a los atacantes y forzarlos a luchar  en sectores de arenas profundas, donde perdieron movilidad y quedaron bajo el nutrido fuego de la 52ª División, atrincherada en Romani. Los atacantes lucharon fieramente para mantener el terreno ganado, pero fueron obligados a retirarse hacia la noche del 5 de agosto, perseguidos por las fuerzas de la “Commonwealth” hasta el mismísimo punto de partida de su ofensiva, en Katia. La persecución de las unidades montadas de fusileros neozelandeses no se detuvo ahí y, en los días siguientes, persistirían en su empeño de acosar a los maltrechos efectivos de los Imperios Centrales.

Mientras se desarrolla la Batalla de Romani, la guerra cumple dos años desde su inicio. La primera declaración de guerra fue el 28 de julio, cuando Austria-Hungría ejecutó su ultimátum contra Serbia. Y el 4 de agosto de 1914, Gran Bretaña declaró la guerra a Alemania, completando el mecanismo fatal de las alianzas que condujeron a la Primera Guerra Mundial.

El 6 de agosto, el general Luigi Cadorna desencadena la sexta Batalla del Isonzo. El desenlace no sería muy distinto a las anteriores, pero lograría, al menos, que el “Regio Esercito Italiano” plantara una cabeza de puente en el río Isonzo (actual río Soca, en Eslovenia), al capturar la localidad de Gorizia, de modo que se la puede considerar como la más exitosa de las muchas batallas planteadas por los italianos en el infausto tío.

El 3 de agosto de 1916, se producen tres acontecimientos vinculados entre sí y especialmente relacionados con Bélgica. Ese día, es ejecutado Roger Casement, británico de origen irlandés, quien se desempeñara brillantemente en el servicio consular del Imperio Británico. En 1911, Casement había recibido el título de caballero por sus esfuerzos en documentar y denunciar las violaciones a los derechos fundamentales en el Perú, por parte de empresas levantadas con capitales británicos, con la complicidad del gobierno local, y las ocurridas en el “Estado Libre del Congo”, manejado por el Rey Leopoldo II  de Bélgica a modo de propiedad privada. El escándalo del informe de Casement levantó tal revuelo internacional y nacional, al interior de Bélgica, que la administración del llamado Congo Belga pasó al estado, por orden del Parlamento, a pesar de los esfuerzos del monarca.

Por sus informes, Casement es considerado pionero en la teorización de los derechos fundamentales. Al regresar a Europa, abrazó la causa independentista y republicana de su país natal, Irlanda, que lo llevó a buscar apoyo material de parte de Alemania. Vinculado al “Alzamiento de Pascua”, fue detenido, juzgado por traición y ejecutado el 3 de agosto de 1916.

El mismo día 3 de agosto de 1916, se cumplían dos años desde que Bélgica, cuya colonia estaba en la mira de las indagaciones de Casement, era invadida por tropas alemanas, luego de negarse a permitir el tránsito de tropas germanas en su invasión de Francia, en 1914. Y este mismo día, las tropas coloniales belgas ocupan Ujiji, durante su participación en la campaña que las tropas de la Entente llevan a cabo contra el África Oriental Alemana. En su guerra colonial africana contra las posesiones ultramarinas alemanas, los belgas usaron la llamada “Force Publique” (“Fuerza Pública”), que consistía en una serie de unidades pequeñas, compuestas por reclutas nativo y mandada por oficiales europeos, muy similar a las fueras de “askaris” alemanes y británicos. Antes de la guerra, la “Force Publique” había sido un elemento de control colonial, usada por Leopoldo, y se la acusó de participar en muchas de las atrocidades denunciadas por Casement en sus reportes.

En la fotografía, tomada en 1916, un grupo de reclutas de la “Force Publique” en formación.







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