Hace 100 años. 7 de agosto de 1916. Primera Guerra Mundial
Hace 100 años
7 de agosto de 1916
Primera Guerra Mundial
El 1 de agosto, llega a su fin la corta y triste carrera del acorazado
italiano “Leonardo Da Vinci”. El “Da Vinci”, botado en 1911, fue uno de los
tres dreadnought “Clase Conde de Cavour” construidos para la “Regia Marina
Italiana”. Era un buque poderoso y moderno que, sin embargo, no alcanzó a ver
mayor acción durante la guerra contra su rival tradicional, la “Imperial y Real
Marina” de Austria-Hungría. Mientras estaba anclado en el puerto de Tarento,
sufrió una explosión del depósito municiones, con la pérdida de 248 hombres.
Los italianos culparon a saboteadores austriacos de la explosión, pero el
incidente nunca se aclaró del todo y bien pudo haber sido accidental.
El día 3 de agosto, se inicia la Batalla de Romani, que significó la
derrota del último intento de los Imperios Centrales de amenazar por tierra el
Canal de Suez y dio pie para iniciar la Campaña del Sinaí y Palestina. Fue la
primera victoria obtenida contra las tropas turcas, lo que es mucho decir,
considerando que la guerra ya llevaba dos años de desarrollo y todos esperaban
que los turcos se derrumbaran al primer disparo. Muy al contrario, en 1916, los
otomanos habían rechazado la invasión de los estrechos, habían humillado a los
británicos en Mesopotamia y, hasta agosto, amenazaban el tráfico comercial de
Suez, tan importante para vincular las metrópolis de la Entente con sus
colonias asiáticas, especialmente la India Británica. En los últimos días de
julio, las tropas británicas que defendían Suez, habían reportado movimiento de
fuerzas enemigas, que permitían presagiar un posible ataque. En la noche del 3
al 4 de agosto, una fuerza combinada alemana, austriaca y otomana chocó con la
pantalla de la 1ª Brigada Ligera Montada del “Anzac” (“Australian and New
Zealand Army Corps”, “Cuerpo de Ejército Australiano y Neozelandés”). Al
comienzo, los Anzac fueron forzados a retirarse, hasta que recibieron
refuerzos, con los que fueron capaces de contener a los atacantes y forzarlos a
luchar en sectores de arenas profundas,
donde perdieron movilidad y quedaron bajo el nutrido fuego de la 52ª División,
atrincherada en Romani. Los atacantes lucharon fieramente para mantener el
terreno ganado, pero fueron obligados a retirarse hacia la noche del 5 de
agosto, perseguidos por las fuerzas de la “Commonwealth” hasta el mismísimo
punto de partida de su ofensiva, en Katia. La persecución de las unidades
montadas de fusileros neozelandeses no se detuvo ahí y, en los días siguientes,
persistirían en su empeño de acosar a los maltrechos efectivos de los Imperios
Centrales.
Mientras se desarrolla la Batalla de Romani, la guerra cumple dos años
desde su inicio. La primera declaración de guerra fue el 28 de julio, cuando
Austria-Hungría ejecutó su ultimátum contra Serbia. Y el 4 de agosto de 1914,
Gran Bretaña declaró la guerra a Alemania, completando el mecanismo fatal de
las alianzas que condujeron a la Primera Guerra Mundial.
El 6 de agosto, el general Luigi Cadorna desencadena la sexta Batalla del
Isonzo. El desenlace no sería muy distinto a las anteriores, pero lograría, al
menos, que el “Regio Esercito Italiano” plantara una cabeza de puente en el río
Isonzo (actual río Soca, en Eslovenia), al capturar la localidad de Gorizia, de
modo que se la puede considerar como la más exitosa de las muchas batallas
planteadas por los italianos en el infausto tío.
El 3 de agosto de 1916, se producen tres acontecimientos vinculados entre
sí y especialmente relacionados con Bélgica. Ese día, es ejecutado Roger
Casement, británico de origen irlandés, quien se desempeñara brillantemente en
el servicio consular del Imperio Británico. En 1911, Casement había recibido el
título de caballero por sus esfuerzos en documentar y denunciar las violaciones
a los derechos fundamentales en el Perú, por parte de empresas levantadas con
capitales británicos, con la complicidad del gobierno local, y las ocurridas en
el “Estado Libre del Congo”, manejado por el Rey Leopoldo II de Bélgica a modo de propiedad privada. El
escándalo del informe de Casement levantó tal revuelo internacional y nacional,
al interior de Bélgica, que la administración del llamado Congo Belga pasó al
estado, por orden del Parlamento, a pesar de los esfuerzos del monarca.
Por sus informes, Casement es considerado pionero en la teorización de
los derechos fundamentales. Al regresar a Europa, abrazó la causa
independentista y republicana de su país natal, Irlanda, que lo llevó a buscar
apoyo material de parte de Alemania. Vinculado al “Alzamiento de Pascua”, fue
detenido, juzgado por traición y ejecutado el 3 de agosto de 1916.
El mismo día 3 de agosto de 1916, se cumplían dos años desde que Bélgica,
cuya colonia estaba en la mira de las indagaciones de Casement, era invadida
por tropas alemanas, luego de negarse a permitir el tránsito de tropas germanas
en su invasión de Francia, en 1914. Y este mismo día, las tropas coloniales belgas
ocupan Ujiji, durante su participación en la campaña que las tropas de la
Entente llevan a cabo contra el África Oriental Alemana. En su guerra colonial
africana contra las posesiones ultramarinas alemanas, los belgas usaron la
llamada “Force Publique” (“Fuerza Pública”), que consistía en una serie de
unidades pequeñas, compuestas por reclutas nativo y mandada por oficiales
europeos, muy similar a las fueras de “askaris” alemanes y británicos. Antes de
la guerra, la “Force Publique” había sido un elemento de control colonial,
usada por Leopoldo, y se la acusó de participar en muchas de las atrocidades
denunciadas por Casement en sus reportes.
En la fotografía, tomada en 1916, un grupo de reclutas de la “Force
Publique” en formación.
Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
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