Hace 75 años. 1 de enero de 1942. Segunda Guerra Mundial. 1941: un balance
Hace 75 años
1 de enero de 1942
Segunda Guerra Mundial
1941: un balance
En África del Norte, Rommel termina el año retirándose, pero salva su
ejército de ser rodeado, gracias a sus dotes de mando y a la excesiva prudencia
de los mandos británicos, demasiado acostumbrados a perseguir a un Rommel que
destruye a sus enemigos, justo cuando parece derrotado. El 26 de diciembre de
1941, el general alemán ordena que sus tanques se retiren hacia Agedabia, luego
de haber luchado varios días a la defensiva y haber causado serias bajas a los
perseguidores del 8º Ejército Británico. El 27, en una movida sorpresiva, los
“panzer” detuvieron su retirada y flanquearon a los tanques de la 22ª Brigada
Acorazada británica, que sufre muchas pérdidas. Los combates entre tanques
británicos, por un lado, y alemanes e italianos, por el otro, seguirán por
varios días, con altibajos para uno y otro bando, con los británicos perdiendo
la iniciativa, a medida que sus líneas de abastecimiento se alargaban.
También en África del Norte, hace su aparición un avión que será
protagonista de la campaña. El 2 de enero de 1942, los Curtiss P-40, cazas de
fabricación norteamericana, ven combate por primera vez al servicio de la
“RAF”, en los cielos africanos. Mientras los norteamericanos llamaban “Warhawk”
al modelo, los aviadores de la “Commonwealth” y los soviéticos que los usaron
por la Ley de Préstamo y Arriendo los llamaban “Tomahawk”. A partir de las
versiones “D” y posteriores del modelo, los británicos y rusos los llamaron
“Kittyhawk”. Los “P-40” vieron algo de combate el primer día de Estados Unidos
en la guerra, pero la mayoría de los aparatos destinados a proteger los cielos
de Pearl Harbor fueron destruidos en tierra. A pesar de ser cazas de desempeño
inferior a los modelos alemanes que debían enfrentar, los “Tomahawk” y
“Kittyhawk” lograron cumplir su misión y estuvieron en primera línea de combate
hasta 1943, habiendo cumplido un rol clave en la victoria aliada sobre las
tropas de Rommel. Incluso, una vez que nuevos modelos de cazas los reemplazaron
en su rol original, los “P-40” siguieron actuando con eficacia como aparatos de
apoyo estrecho, luciendo sus narices pintadas como las fauces abiertas de un
tiburón.
Los días 26 y 27 de diciembre de 1941, los Aliados ejecutan dos atrevidas
operaciones contra el territorio noruego, ocupado por los alemanes. El 26,
proceden con la “Operación Anklet”, con la participación de 223 comandos
británicos y 77 efectivos de las fuerzas noruegas libres, que desembarcaron en
Moskenosoya, en las Islas Lofoten, en el territorio ártico noruego, apoyados
por submarinos y buques de superficie británicos, polacos y noruegos. El 27 de
diciembre, se llevó a cabo una incursión aun mayor, en la llamada “Operación
Archery”, con 570 comandos británicos y unos cuantos miembros de las fuerzas
noruegas libres, que atacaron Vasgoy, también en el helado norte de Noruega.
“Anklet” y “Archery” no fueron las primeras incursiones aliadas en suelo
noruego y habrían hasta 12 “raids”, que intentaron causar todo el daño posible
a las instalaciones de uso militar y a la industria local que servía a los
ocupantes alemanes. En el caso de estas dos operaciones de diciembre de 1941,
el saldo fue positivo. La fuerza expedicionaria regresó con decenas de
prisioneros, entre personal alemán y colaboracionistas noruegos, además de
decenas de noruegos que se ofrecieron como voluntarios, para partir hacia Gran
Bretaña y sumarse a las fuerzas noruegas que luchaban desde el exilio por la
libertad de su patria. Este tipo de operaciones era también una buena
oportunidad para obtener inteligencia. En esta ocasión, las tropas aliadas
consiguieron llevarse una máquina “Enigma” y un libro de códigos navales
alemanes, que podían resultar muy útiles en la ruda batalla que la “Royal Navy”
y la “US Navy” libraban contra la “Kriegamarine”, especialmente contra sus
submarinos. Pero, sobre todo, las operaciones comando contra Noruega alimentaban
la paranoia de Hitler, que esperaba que los británicos invadieran Escandinavia
de un momento a otro, de modo que siempre mantuvo una importante fuerza de
ocupación que, de otro modo, pudo usarse en el Frente Oriental. Para 1944, la
guarnición alemana en Noruega llegaba a los 370.000 hombres.
En el Pacífico, los Aliados se retiran en todos los frentes. Los
japoneses, hace pocos días, han desfilado triunfalmente en Hong Kong y van
cerrando el puño sobre otras posesiones británicas, especialmente Singapur.
También amenazan Birmania y las Indias Orientales Holandesas. Las unidades de
la Marina Imperial Japonesa atacan en casi todos los territorios insulares
controlados por Estados Unidos y consiguen grandes progresos en las Filipinas,
donde las fuerzas locales y norteamericanas, junto con el gobierno filipino,
han debido retirarse a Bataán, donde harán su último intento de resistencia en
torno a la fortaleza de Corregidor. En un acto dramático y simbólico, el 30 de
diciembre de 1941, Manuel Quezón y Sergio Osmeña juran como Presidente y
Vicepresidente, respectivamente, de Filipinas, en uno de los túneles de acceso
de Corregidor.
En el Frente Ruso, los alemanes no consiguen todavía estabilizar el
frente. Además de la contraofensiva soviética en torno a Moscú, el Ejército
Rojo lanza por estos días una gran operación para aliviar la presión ejercida
por la “Wehrmacht” en Crimea. Los soviéticos todavía tienen problemas de mando
y su moral no es la mejor, pero obligan a los alemanes a retirarse en el centro
y a suspender sus operaciones en el sur del enorme frente. Al menos en los
próximos meses, Sebastopol, al igual que Moscú, se salva de ser capturada por
los invasores.
Al ir acabando 1941, las conquistas del Eje se ven impresionantes en el
mapa. Desde el Egeo hasta el Ártico y desde Calais hasta las puertas de Moscú,
Alemania, Italia y sus aliados imponen su ley. Japón ha comprometido seriamente
la presencia naval aliada en el Pacífico y se encamina a consolidar la
conquista de Malasia, Indonesia y Filipinas, además de controlar grandes
extensiones insulares y marítimas del Pacífico.
Pero el Eje no ha podido dar el golpe de gracia. En África, Tobruk
resistió el primer asedio y la conquista del Canal de Suez se ve cada vez más
lejana, desde el punto de vista de Rommel, obligado a retirarse de la
Cirenaica. En Rusia, Moscú no cayó y los soviéticos, aunque están lejos de desplegar
todo su potencial, han montado una exitosa, aunque limitada contraofensiva, que
consigue salvar su capital y los mantiene dentro de la guerra. Japón ha dado
duros golpes a los británicos y norteamericanos, pero los Aliados siguen
luchando y construirán nuevos buques, que reemplazarán a los hundidos por los
nipones. Sobre todo, el ingreso de Estados Unidos en la guerra, al lado del
Reino Unido, desequilibra la balanza estratégica mundial en contra de Alemania,
que no parece cerca de conseguir una victoria decisiva en el corto plazo. El
cambio sicológico llegará recién en 1942, con la victoria estadounidense en
Midway, el cerco del 6º Ejército Alemán en Stalingrado y la victoria británica en
El Alamein
Abajo, en la portada del “Saturday Evening Post”, un Año Nuevo 1942, tocado
con una gorra del “US Army”, monta guardia en el hemisferio occidental, atento
a cualquier intrusión de las fuerzas del Eje.
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Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia
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