Hace 100 años
23 de agosto de 1915
Primera Guerra Mundial
Los Imperios Centrales prosiguen su ofensiva contra Rusia y los rusos
siguen retrocediendo hacia las interminables profundidades de su Imperio.
Novo-Georgievsk cae el 19 de agosto y Osovets es ocupada el día 22. Ambas localidades
estaban ubicadas en la Polonia rusa.
Los aliados empeñan una nueva ofensiva en el frente de los Dardanelos,
que será conocida como la Batalla de la Colina Cimitarra. Luego de una
sangrienta lucha, sólo significará un nuevo y costoso fracaso para las tropas
francesas, británicas y coloniales que luchaban por anular al Imperio Turco. El
mismo día de inicio de esta batalla, 21 de agosto de 1915, los turco-otomanos
suman un nuevo enemigo, cuando el Reino de Italia declara la guerra al Gobierno
del Sultán.
El 22 de agosto, Eleuterio Venizelos regresa al cargo de Primer Ministro
de Grecia. Venizelos fue posiblemente el político griego más influyente del
primer tercio del siglo XX. Su actuar resultó clave en el ingreso de Grecia en
la guerra al lado de la Triple Entente.
En estos días de agosto, la guerra en el mar se muestra especialmente
activa. El 19 de agosto, el crucero de batalla alemán, “SMS Moltke”, es
torpedeado por el submarino británico “E-1”, durante la Batalla del Golfo de
Riga, frente a las costas bálticas del Imperio Ruso. El proyectil dio en una
sala de almacenamiento de torpedos que, afortunadamente para el gigantesco
navío alemán, no explotaron. El buque debió lamentar 8 muertos y algunas serias
averías, que lo tuvieron fuera de combate hasta fines de septiembre.
Ese mismo día, el submarino británico “E-13”, es hundido por
embarcaciones alemanas, mientras estaba varado frente a las costas danesas. El sumergible
había varado el día anterior, debido a una falla de sus instrumentos y su
tripulación estaba afanada tratando de liberar la nave de las arenas de aguas
bajas, cerca de la isla de Saltholm, en la neutral Dinamarca. Las autoridades
locales habían dado 24 al comandante del submarino, teniente comandante
Geoffrey Layton, para sacar su nave de territorio danés o ser internado por el
resto de la guerra. La marina alemana, entonces empleada en la fase crítica de
la Batalla del Golfo de Riga, no podía permitir que un submarino británico
entrara en el Báltico y atacara a sus barcos (como le pasó al “Moltke”), de
modo que el mando naval alemán despachó dos lanchas torpederas que atacaron y
hundieron al “E-13”. Los sobrevivientes fueron internados en Dinamarca.
También el 19 de agosto, el trasatlántico “SS Arabic”, de bandera
británica, es hundido por el submarino alemán “U-24”, 80 km al sur de Kinsale,
Irlanda, mientras se dirigía a Estados Unidos. El comdandante del “U-24”
sostuvo que el “Arabic” zigzagueaba y que eso lo hizo pensar que querían
impactar el submarino, para hundirlo. Fuera o no cierto, el “Arabic” se hundió
en 10 minutos y se llevó 47 personas al fondo del mar para siempre, tres de las
cuales eran ciudadanos estadounidenses. Como había ocurrido con todos los
ataques que habían costado vidas norteamericanas, se produjo un nuevo incidente
diplomático entre Berlín y Washington, que sólo pudo ser aplacado mediante el
ofrecimiento del Gobierno del Káiser Guillermo, en el sentido de moderar la
guerra submarina contra Gran Bretaña y especialmente respetar las vidas de los
pasajeros civiles, incluso si embarcaban en navíos que llevaban mercancías
calificables como contrabando de guerra.
El 21 de agosto, el buque carbonero británico “SS Ruel” es atacado por un
submarino alemán. Luego del hundimiento, parte de los sobrevivientes acusaron a
la tripulación alemana de abrir fuego sobre los botes salvavidas en que
intentaban escapar. Pero, de todos los incidentes sucedidos durante agosto de 1915 en los mares —tan aprovechados por
los aparatos de propaganda de ambos bandos—, el más controvertido fue el que
involucró al “HMS Baralong”. El 19 de agosto, el “Baralong” hundió el submarino
alemán “U-27”, que se preparaba a hacer lo propio con el mercante británico “Nicosian”.
Alrededor de una docena de tripulantes consiguieron escapar desde el submarino,
luego que fuera dañado por el “Baralong”. Sin embargo, por órdenes del teniente
Godfrey Herbert, comandante del “Baralong”, los marinos alemanes fueron
sumariamente ejecutados en el mismo lugar, luego de haberse rendido.
Herbert y el almirantazgo británico trataron de ocultar el incidente,
pero testigos estadounidenses, que presenciaron lo ocurrido desde los botes
salvavidas del Nicosian, contaron la historia a los periódicos de su país. Otra
particularidad de este caso es el especial tipo de embarcación involucrada. El “Baralong”
era un “Buque Q” (“Q-Ship”) o “Buque Señuelo”. Se trataba de naves disfrazadas
de mercantes, pero fuertemente armadas, las cuales trataban de atraer
submarinos hacia la superficie y cuando los tenían lo bastante cerca,
descubrían sus armas y abrían fuego sobre los sumergibles. De hecho, el “Baralong”
se había acercado hasta el “U-27” y hasta el “Nicosian” enarbolando bandera
estadounidense y sólo en el último momento, la cambió por la “Union Jack” y
mostró su artillería, con la que dio rápida cuenta del submarino, vulnerable
como estaba, a descubierto en la superficie.
Los “Buques Q” fueron una medida desesperada para contrarrestar a los
submarinos alemanes, que también pueden ser considerados como una medida
desesperada. En definitiva, alemanes, tanto como británicos, para permitir la
sobrevivencia de sus imperios, no se detuvieron en las normas tradicionales
relacionadas con naciones neutrales, con el derecho internacional de la guerra
y con el honor más elemental, que se espera sea la forma en que se conduzcan
los beligerantes en un conflicto bélico.
Abajo, una fotografía del “HMS Baralong”. Desde un periscopio de
submarino, se veía como un indefenso mercante y hasta como una presa fácil,
para ser hundido con el cañón de cubierta del submarino, para así ahorrar los
escasos torpedos que llevaban los submarinos y que eran usados contra blancos
más peligrosos o protegidos por naves escolta.
Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia