Hace 75 años
15 de noviembre de
1940
Segunda Guerra
Mundial
El 9 de noviembre
de 1940, fallece Neville Chamberlain, quien fuera Primer Ministro de
Gran Bretaña el estallar la guerra, afectado de un cáncer. Fue una
figura controvertida para contemporáneos y para la historia
posterior, al ser responsable de una política de apaciguamento de
Hitler, que condujo a los Pactos de Munich de 1940, que significaron
el desmembramiento de Checosolovaquia y, en general, al
fortalecimiento de la posición de la Alemania Nazi en Europa. Esa
política tampoco fue capaz de evitar la guerra, desencadenada al año
siguiente cuando Hitler, envalentonado por la aparente debilidad
británica, invadió Polonia, coludido con Stalin.
El 12 de noviembre,
Viacheslav Molotov, Ministro de Relaciones Exteriores de la Unión
Soviética, se reúne con su par alemán, Joachim von Ribbentrop, y
con Hitler, para discutir las esferas mundiales de influencia que se
repartirían las potencias del Eje y su aliada marxista. El 15 de
noviembre, el tiránico Stalin es formalmente invitado a unirse al
Eje, invitación que jamás se concretó en una alianza, toda vez que
nazis y comunistas ya se preparaban para traicionarse y atacarse
mutuamente. Hitler simplemente dio el golpe un poco antes y ese
adelantamiento, entre otros factores, permitió a la “Wehrmacht”
llegar hasta las puertas de Moscú y Leningrado en las primeras
ofensivas del verano de 1941.
El 12 de noviembre,
los Aliados y especialmente la “France Libre” obtienen una
importante victoria cuando capitulan las fuerzas de Vichy, al
terminar la llamada Batalla de Gabón. La victoria permitió reforzar
el prestigio del general Charles de Gaulle, muy afectado por el
fiasco sufrido en septiembre, durante la Batalla de Dakar. Y más
importante aun, la victoria permitió arrebatar a Vichy el control
del África Ecuatorial Francesa y amenazar las posesiones italianas
de Noráfrica desde el Chad.
El 13 de noviembre,
puede considerarse finalizada la Batalla del Pindo, con una nueva
victoria griega contra los invasores italianos. Al día siguiente de
frenar el avance italiano en el Pindo, el Ejército Griego inicia su
propia contraofensiva contra las tropas de “Il Duce”, que serán
puestas en serios aprietos y obligadas a luchar a la defensiva.
El 14 de noviembre,
la ciudad británica de Coventry sufre uno de los peores bombardeos
de la guerra. La famosa catedral de San Miguel y el centro medieval
de la ciudad son reducidos a ruinas. Los alemanes no se resignan a
retirarse derrotados todavía de los cielos de Gran Bretaña.
El 15 de noviembre,
termina el proceso de acordonamiento del Gueto de Varsovia. La martirizada capital polaca será escenario del horrible sufrimiento de
sus hijos judíos que terminará en los imperdonables campos de la
muerte.
La acción militar
más significativa de estos días tuvo lugar sobre los cielos
italianos, cuando una fuerza aeronaval británica atacó e infligió
severos daños a los navíos de la “Regia Marina Italiana”
anclados en Tarento. En la Batalla de Tarento, la “Royal Navy”
lanzó el primer ataque exclusivamente aéreo entre unidades navales
registrado en la historia. Con la derrota de Francia y el ingreso de
Italia en la guerra al lado de Alemania en junio de 1940, la poderosa
Marina Italiana, había supuesto una seria amenaza a las
comunicaciones marítimas británicas en el Mediterráneo. Falta de
combustible y sin suficiente apoyo aéreo, los navíos italianos no
estaban en condiciones de arriesgar una batalla decisiva contra los
británicos, pero eran lo bastante fuertes y numerosos como para
obligar al alto mando naval británico a desplegar toda la fuerza
principal de su Flota del Mediterráneo cuando era necesario operar,
como el único modo de asegurar cierta superioridad sobre los
italianos. En la noche del 11-12 de noviembre de 1940, el
portaaviones “HMS Illustrious”, escoltado por dos cruceros
pesados, dos cruceros ligeros y cuatro destructores, lanzó dos
oleadas de aviones torpederos “Fairey Swordfish”, esoltados por
los lentos pero bien armados cazas “Fairey Fulmar”. Cuando los
atacantes volvieron a aterrizar en el “Illustrious”, habían
perdido sólo dos aeronaves, dañando severamente los acorazados
“Conte di Cavour”, “Caio Duilio” y “Littorio”, además de
dañar dos cruceros pesados. En una sola noche, la Marina Italiana,
orgullo del régimen fascista, había perdido la mitad de sus buques
capitales y, aunque seguía siendo peligrosa, ya no podía amenazar
con conseguir el dominio del Mediterráneo de manera indefinida.
El nivel de daños
conseguido por un puñado de aviones relativamente obsoletos, contra
una serie de poderosísimos acorazados italianos, marcó el comienzo
del fin para la era de dominio de los grandes calibres. Aún, por algunos años más, las grandes potencias
navales seguirían construyendo acorazados y los mares serían
testigos de la marcha de los más potentes y colosales acorazados:
los británicos de la clase “King George V”, los estadounidenses
de la clase “Iowa” y los japoneses de la clase “Yamato”; no
obstante, el poder naval de las potencias mundiales descansaría,
cada vez más, sobre las cubiertas de vuelo de los portaaviones y
cada vez menos sobre los cañones de los acorazados.
Aunque no existen
documentos escritos que lo atestigüen, es muy probable que los
japoneses estudiaran los detalle del ataque británico contra
Tarento, para planificar el devastador ataque que desencadenarían contra
las unidades de la “US Navy” ancladas en Pearl Harbor el 7 de
diciembre de 1941.
En la fotografía,
un biplano “Swordfish” en acción, justo en el momento de dejar
caer su torpedo en el agua.
Etiquetas: Guerras Mundiales, Historia